ᰔCap 1ᰔ

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Era de mañana en una ciudad de Japón y en una panadería se encontraba una linda chica, era una peli burdeos de ojos rubíes que estaba cocinando pan

Tan pronto como escucho al temporizador sonar indicando que el pan ya estaba listo se puso unos guantes de cocina y abrió el horno sacando una bandeja llena de panes

– El pan también huele muy bien hoy – se dijo a si misma dejando la bandeja en la mesa

Se quitó los guantes y el delantal para después salir del cuarto, se dirigió a la cocina de su casa en donde se encontraba su padre

– El pan ya está listo, papa. Lo deje encima de la mesa – la chica se acercó a su padre para darle un beso en la mejilla

– Muchas gracias cariño – Kie le sonrió a su hija – Yo llevaré a Hanako, Shigeru y Rokuta a la escuela, tu acompañaras a Nezuo y Takeomi al Instituto ¿No? –

– Si – la peli burdeos se dirigió al comedor en donde estaban desayunando sus cinco hermanos – Nezuo, Takeomi, ¿Estan listos para irnos? – miro a sus dos hermanos

– Si oni-chan – Nezuo se levantó de su silla y tomó su mochila, listó para irse junto con Takeomi

– Bien, entonces vamos – la oji rubi se acercó a sus otros tres hermanos más pequeños y les dio un beso a cada uno – Adiós –

– Bien, entonces vamos – la oji rubi se acercó a sus otros tres hermanos más pequeños y les dio un beso a cada uno – Adiós –

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Cuando los Kamado llegaron se dividieron cada uno para ir a su respectivo salon

La hermana mayor de la familia estaba caminando tranquilamente por los pasillos camino a su aula cuando de repente chocó con alguien tocándose sus hombros

– Lo siento – la peli burdeos se giro para ver a un chico alto de caballo negro rapado

– ¡Fijate por donde-! – el chico estaba a punto de gritarle pero cuando vio mejor a la chica su cara se volvió Roja como un tomate – Pe-perdon – tartamudeo nervioso siguiendo su camino

Sumiko se quedó viendo con curiosidad como el chico se iba, sin duda eso había sido muy extraño, pero decidió seguir su camino. Cuando ya estaba a diez pasos de su salón se encontró con un chico tirado en el piso en posición fetal llorando, así que se acercó a él 

– Oye ¿Estad bien? – pregunto preocupada agachándose para verlo mejor

– Voy a morir – repetía varias veces entre sollozos el chico en el suelo

– ¿Que? – ahora estaba más confundida

– Voy a morir, soy muy débil – el rubio siguió llorando hasta que levantó cabeza encontrándose con los ojos rubíes más hermosos que jamás había visto

– ¿Eh? ¿Que pasa? – pregunto  mirandolo a los ojos

De repente el desconocido la tomó de las manos con el rostro serio hasta que empezó a gritar

 𝙻𝚘𝚜 𝚙𝚛𝚎𝚝𝚎𝚗𝚜𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚖𝚒 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora