Sumiko Kamado es una estudiante de 16 años que asiste a la escuela Kimetsu en donde ha conseguido más de un admirador debido a su gran belleza y amabilidad, pero como es de bella también es muy inocente y nunca se da cuenta de cómo la ve la gente. A...
Las clases ya habían terminado por el día y todos estaban listos para irse a su hogares. Sumiko estaba saliendo del salon cuando de repente alguien lo chocó con alguien haciendo que los dos cayeran al suelo
Cuando la peli burdeos vio bien con quien se había chocado se dio cuanta que era uno de los chicos con los que se presentó, era Mitsuro Kanroji
Inmediatamente se levantó sacudiendo su uniforme y le extendió la mano al chico en el piso para ayudarlo a levantarse
– ¿Estas bien? – pregunto preocupada ofreciéndole su mano
El bicolor se froto la espalda por el dolor de la caída pero cuando vio a la chica su cara mostro un sonrojo y se puso nervioso
– Y-yo... Em – se quedó hipnotizado por unos segundos – ¡S-si, estoy bien! – reaccionó de repente tomando su mano – M-muchas gracias –
– No hay de que disculparse, es mi culpa por chocar contigo – le mostró una leve sonrisa lo que puso más nervioso a Mitsuro
– ¡No! También es mi culpa, siempre estoy muy distraído – agitó sus manos con nerviosismo
– Tu nombre es Mitsuro ¿No? Espero que podamos ser muy buenos amigos – le volvió a extender su mano esta vez para estrecharla en un saludo, el cual el oji verde aceptó con mucha feliciead
– ¡Si! ¡Yo también lo espero! – los dos estrecharon las manos hasta que alguien llamo al bicolor desde una de las puntas del pasillo
– ¡Mitsu! – los dos giraron encontrándose con una chica con un cubrebocas en su cara – Ya todos estaban listos para irse ¿vienes? –
– ¡Si! ¡Ya voy! – el amante de los mochis tomó su mochila que estaba en el suelo – Nos vemos mañana – se despidió de la oji rubi antes de dirigirse a su amiga
– Nos vemos –
Sumiko se quedó viendo como su compañero se alejaba pero cuando cruzo miradas con la chica de caballo negro noto un aura amenazante de parte de ella antes irse, decidió no darle importancia y dirigirse a los salones de sus hermanos menores para poder ir a casa
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Los tres Kamado estaban caminando por las calles de la ciudad dirigiéndose a su hogar y charlando sobre su primer día de clases
– ¿Como te fue en tu primer dia, Nezuo? – pregunto la mayor de los tres
– ¡Muy bien! Hice un nuevo amigo... Bueno, eso creo – contesto feliz
– ¿No te estaras peleando como en el año pasado? –
– No, te lo prometo –
– ¿Y tu Takeomi? – miro a su hermanita con una sonrisa
– Bien – dijo neutral viendo hacia adelante – Almorcé con dos de mis compañeros, creo que nos estamos haciendo amigos –
– ¡Eso es genial! Me alegra que estés haciendo amigos – eso puso más feliz a Sumiko
Cuando llegaron a la casa fueron recibidos felizmente por sus otros tres hermanos menores y por su padre
La pelirroja mayor hizo lo de todas las tardes, ayudando a su padre con la panadería junto con sus hermanos menores. Estaba atendiendo a los clientes cuando de repente llegó el turno de un cliente algo... especial
Era un chico bastante joven, de cabello largo azabache con puntas color menta y ojos de ese mismo color. Él venía casi todos los días, pedía siempre lo mismo, uno o dos rollos de canela y algo de pan de vez en cuando, tanto que Sumiko ya sabía que iba a pedir
Pero no iba a ese lugar por el pan, sino para simplemente ver a la hermosa chica de pelo rojo y ojos rubíes que siempre lo recibía con una brillante sonrisa
– Aquí tienes tu pedido ¿Esto es todo lo que vas a querer? – preguntó la Kamado con una sonrisa
El azabache se quedó hipnotizado por unos segundos viéndola con un pequeño sonrojo en sus mejillas hasta que por reacciono
– Hmm, em... S-si eso es todo, m-muchas gracias – tomó su pedido algo avergonzado
– Muchas gracias a ti por siempre elegir nuestra panadería, por favor vuelve pronto –
El oji menta quedo mirándola por un par de segundos, cosa que Nezuo noto, él estaba mirando la escena mientras barria el piso y con una expresión molesta mirando hacia abajo
– Les cobramos a los clientes por el pan, no para mirar a mi hermana – comentó el de ojos rosas pasando al lado de su hermana
– Ja ja, mi hermano solo está bromeando – Sumiko río con una sonrisa nerviosa
El chico no le prestó atención y se retiró del lugar, tan pronto como se fue Nezuo revivió la mirada furiosa y el regaño de su hermana mayor pero no le hizo mucho caso
– ¿Hace cuanto que viene aquí? – el de puntas rojas le preguntó a su hermana la cual estaba parada al lado de él
– Como dos semanas – respondió sin dejar de lado lo que estaba haciendo
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Al día se repitió la misma rutina, los tres Kamado llegaron a la escuela y se dirigieron a sus respectivos salones
Nezuo estaba camino a su clase y mientras caminaba escucho ligeramente por accidente la conversación de los chicos de espaldas que caminaban delante de él, uno era un chico de pelo negro muy oscuro y la otra era una chica de pelo color melón melocotón cortado en diferentes longitudes
– Me duele todo el cuerpo, Sabi-chan – el pelinegro se escuchaba con un tono quejoso pero se notaba que tenía una sonrisa
– Eso es porque no estiraste antes de entrenar ayer – la joven sonaba algo molesta – Y también porque eres muy débil –
– Ja ja, ~Sabi-chan es cruel~ –
No era su intención espiarlos, solo que por como hablaban sonaba interesante aún que era una conversación simple. Se veía que iban a su misma dirección pero ellos parecían ser al menos uno o dos años mayores que él
Cuando el llegó a su salon vio que esos dos seguían caminando mostrando que si eran de un grado mayor, tan pronto como el azabache entró se olvidó completamente de esos dos
Al dar el primer vistazo al salón todo parecía estar igual que ayer, el azabache de cabello rapado estaba en su silla con una exposición malhumorada y a Kanao sentado con una sonrisa en su rostro
Pero hoy parecía que había un nuevo estudiante, un chico de cabello blanco y ojos azules sentado al lado de su asiento mirando a la ventana
Decidió no prestarle atención y dirigirse a su silla
– Buenos días, Kanao – Nezuo llamo la atención del oji lila
