Mi amada fenix

Epíologo

"¡KATO-SAN!" 

Oh, kami-sama  ... estoy muerto..., pensó Kunzite mientras salía del edificio de oficinas para encontrarse con una Mina muy enojada y un Makotofurioso esperándolo. 

Tiene que ser secretamente miembro de la yakuza. Pensó mientras observaba la postura iracunda de Makoto: los brazos cruzadossobre su pecho, golpeando con los pies. 

"¿Sí?" preguntó mansamente. 

"¡Rei-chan es miserable y todo es tu culpa!" Mina declaró. 

Trató de llevarlos a un lugar menos concurrido. 

"¿Cómo es mi culpa? ¿Qué pasó?" preguntó con un sentimiento de hundimiento. 

"¿En qué estabas pensando al presentarle a Rei a ese horrible amigo tuyo?" exigió Mina. 

"¡Yo no presenté a nadie!" Levantó las manos a la defensiva. 

"¡Tampoco te molestaste en decirle que es un idiota de dos caras!" Makoto gruñó. 

Kunzite miró de uno a otro con confusión.

 "Creo", dijo lentamente, "es mejor que me cuentes todo, desde el principio". 

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"Hola, hijo, ¿querías hablar conmigo?" Takanashi Senior se sentó cómodamente en la silla de su oficina, su habitación con aireacondicionado estaba helada. 

"Sí, padre. Se trata del asunto Suzuki".

 "Ah, excelente, me preguntaba cuándo sabría de ti. Tu último informe fue favorable". 

Su padre sonrió, complacido. Jadeite de repente se sintió enferma al verlo. 

"Sí, bueno. No todo ha ido... exactamente según lo planeado", dijo en voz baja, sin mirar a su padre. 

"¿Qué quieres decir?" 

"He decidido romper", dijo, mirando hacia arriba y directamente a los ojos azules de su padre.

 "Se acabó entre Hino-san y yo".

 El rostro de su padre se puso furioso por un momento, luego rápidamente se transformó en una máscara de gélida cortesía. 

"¿Y cómo llegaste a esta decisión?"

 "No puedo mentir así, está mal. No engañaré a Hino-san para que haga algo de lo que nunca querría ser parte". 

"Te gusta ella, ¿no?" su padre dijo de repente: "De eso se trata todo esto. Ella te atrapó". 

"Hijo", su padre suspiró y sonrió amablemente, "esto es lo que hacen las mujeres. En este momento, estoy seguro de que te sientesmuy santurrón y protector, pero créeme, si eliges este camino, no tendrás nada más que el uno al otro". y eso no durará mucho"

"¿Me desheredarás, quieres decir? Jadeite preguntó con calma. 

Su padre solo sonrió y se encogió de hombros. 

"Está bien", respondió, "no me importa si lo haces". 

"¿Qué quieres decir? ¿Te escucharás a ti mismo?" Su padre murmuró: "¿No quieres ser el jefe de la empresa?" 

"No te sorprendas tanto", sonrió su padre, "sé lo que realmente buscabas. Siempre supe que eras el más fuerte de todos mis hijos.Siempre quise que fueras el jefe de la compañia. Eres mas como yo, despues de todo. 

Jadeíta se estremeció.

 Esas eran palabras que siempre había querido escuchar, pero ahora convertían su corazón en hielo.