una mancha en el historial

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.–Sasha Dursh, en sus quince años de vida, por primera vez es castigada en detención.















Escucha el sonido del tic tac del reloj en la pared conforme pasan los minutos dentro del salón, la pone ansiosa, sin mirar a su alrededor ya sabe que tipo de entorno es, suponiendo en lo que conocía por las películas. Delincuentes juveniles, que desgraciados.

Aprovecho para sacar una de sus libretas para estudiar el nuevo tema de su clase en francés, mon dieu¹, estaba solo cinco clases delante del temario escolar. ¿Cuando se había atrasado tanto? Y ahora lo peor era estar en esa habitación apresada cómo si ella formara parte de los renegados sociales inadaptados, la dama le había dicho antes que las personas que iban a detención estaban destinadas a ir a prisión algún día ya que se mentalizaban a ser rompedores de reglas desde la escuela. ¡Ella no pertenencia allí, claramente!

Ella había tenido el primer lugar en sus manos todos los años, había hecho los cursos extras, cuántos ataques de ansiedad, vaya ella ya era una maldita genio para estar refundida en aquel hoyo sólo por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Siente en su espalda unos toques que la hacen mirar hacia atrás de reojo seguido de un sonido

"psst, pssst"

¿Qué cree que soy? ¿Un perro?

Que desastre la gente sin educación primaria.

Lo ignora para seguir leyendo su lección, si bien no se equivoca los exámenes serán para el mes de octubre y están apenas en mayo. ¡Iba demasiado atrasada! Sin embargo la persona que le había chistado seguía insistente en querer su atención ya que seguía tocando su espalda y repitiendo el sonido.

Neandertales, ¿que no entiende que no quiere hablar con ellos?

Terminó cediendo después de tanto toqueteo para mirarlo bien, ya lo empezaba a recordar, era aquella chica de cabello castaño pelirrojo que la metió en problemas en el pasillo, en pocas palabras, la culpable de que ella estuviera en detención.

Le sonrió mostrando sus dos colmillos prominentes, de alguna manera, le recordaba a un cachorro.

—¿Qué haces?

Curando el cáncer, quiso responder a esa idiotez, que más creía que hacía con libro y libreta en mano. La chica tenía una voz rara, como ronca, esperaba no estuviera enferma o algo.

—intento estudiar.

La chica se removió en su lugar para hacerse más hacia delante —... El maestro se quedó dormido hace quince minutos, no tienes que fingir que te interesa estudiar.

¿Que se atreve a pensar esa inmunda?

—lo hago porque quiero –volvio a poner su vista en su escritorio para luego entrecerrar sus ojos con una mueca de molestia al oír el chirrido del banco de atrás acercarse más a su asiento.

¿La inadaptada no entendía sobre el concepto de espacio personal? Honestamente se sentía acosada.

—¿Que son todas esas palabras? ¿Wiwi monchirri?

No quería ni siquiera corregir su pronunciación

—¿No tienes una materia de francés?

—... Sí, creo que la reprobé

Eso no la sorprendía, que demonios le pasaba para decir eso como si fuese nada, un sólo nueve para ella era como morir en vida.

Trató de acabar la conversación ahí pero seguía sintiendo por detrás de ella el aliento de la chica respirando en su cuello. Maldita sea

prodigious and rebellious  -Metal Family Donde viven las historias. Descúbrelo ahora