Capítulo VII: Sobre como me dejó

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(Narra Rosalyn)

Era jueves por la mañana, el sol brillaba con intensidad. Las calles estaban abarrotadas de puestos de comida y las risas de los niños se podían escuchar por todo lado, era un día feliz para esas personas. Podían disfrutar de ese día pacifico, en especial de este día. Miré el cielo una última vez y me dirigí al lugar al que había planeado ir.

— ¿Rosalyn? Hoy no es tu día de trabajo

— Lo sé, pero supuse que el señor Alberu les daría el día libre a todos.

— Bueno, es feriado, está claro que deben disfrutarlo.

Alberu estaba sentado bajo la sombra de un cómodo sillón en el patio. Parecía melancólico y perdido.

— Sé que este es un día difícil para usted. Y la verdad ... creo que no debería estar solo.

— Es gracioso, la mayoría prefiere festejar este día ¿Se supone qué es un día feliz?

— Para las personas el significado de este día es paz y libertad.

— Significado que se perderá con los años.

Cuando un héroe da su vida, quienes no lo conocieron festejarán ese sacrificio, pero para las personas cercanas a ese héroe, ese hecho es una desgracia. ¿Cómo sobrevivir a eso? Para esas personas ese hecho es una pesadilla, un dolor inconmensurable. ¿De qué sirve el reconocimiento y las aclamaciones cuando la persona que amaban ya no está?.

Es normal que se enojen con las personas que festejan ese sacrificio.

— Bueno, para ser sincera me gustaría oír el final de esa historia.

— Es algo que no quiero recordar.

— No es como si no lo recordara, apuesto que está en su mente cada momento. Tal vez para por fin dejarlo ir, deba contarle a alguien.

— Eres muy rara

— Si me lo dicen a menudo

— No te contaría mi historia si no lo fueras...

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(Narra Alberu)

— ¡Cale! ¿Dónde estás? ¡Tenemos que irnos! ¡El líder de equipo recibió un telegrama importante!

— Supongo que ya tienes que irte

— Supongo que sí

Después del beso hablamos sobre algunas otras cosas entre caricias y abrazos. Pero era el momento de despedirnos.

— Después de la guerra encontrémonos para tomar un café. — Cale dijo antes de comenzar a voltearse.

— Que sea un viernes a las 3, tengo libre ese día. — Antes de que se vaya lo tomé por la manga y le dije el día y hora exacta para encontrarnos.

— Genial, no llegues tarde señor ministro

— Tú tampoco, comandante

En ese momento no debí dejarlo ir. Logramos derrotar por completo a la alianza del norte en menos de un mes. Pero descubrimos que ellos no eran el verdadero problema. La estrella blanca y el Dios sellado, así se hacían llamar. Ya no era una guerra entre países o alianzas, el mundo entero estaba en peligro. Lamentablemente nuestra cita tenía que esperar. Hubo pocos momentos para encontrarnos y los pocos momentos los dedicamos a organizar estrategias para las batallas futuras.

Cale se volvió una figura muy respetada y alabada en el país, por supuesto que eso solo lo molestaba, el no quería fama solo quería dinero.

Era la batalla final, lamentablemente esa batalla se llevó a cabo en nuestro país de Roan.

Dime, ¿Eres feliz? (albecale - alberu x cale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora