En el invierno más frio te encontré

Parte 3

—Ah! L-Lan Zhan... Lan... Zhan despacio, m-más...despacio por favor, tus cachorros, ¿los vas a matar o qué?... 

—Si si, así oh! si Dios si, Joder!!!

Después de unas horas de sueño profundo, Wei Ying se había despertado sintiendo algunos movimientos a su alrededor. Parpadea un poco y con su mano tantea el suelo, dándose cuenta que ya no se encuentra en el suelo frío, ni tampoco acostado sobre el firme pecho de su pareja, de hecho, está notando que este último se encuentra profundamente enterrado en su interior dando firmes empujones, estimulando su punto sensible. Volviéndolo loco.

No pasó mucho para que su cuerpo resintiera su actividad de hace unas horas y lo obligará a pedir piedad. No iba a durar mucho bajo el impetuoso ritmo que al parecer le gustaba a su pareja, sin poder contenerse más suplicó gimiendo su nombre en señal de piedad.

Jadeaba mientras Lan Wangji le mordía desde la garganta hasta el pecho. El abrumador y exquisito aroma a sándalo lo inundaba. Saboreando este momento, inhala aquella esencia y se vuelve a perder ante las sensaciones, ignorando sus anteriores quejas.

La luz del fuego creado por el dragón iluminaba el lugar, salpicando oro sobre los brillantes ojos de Lan WangJi. En la luz, su figura le roba el aliento. "Que ser tan hermoso"  Pensó. De verdad espera que sus hijos se parezcan mucho a él.

Lan WangJi al notar a su pareja ya despierta, gentilmente aparta los mechones que caen sobre los ojos de Wei Ying. Sus cuerpos encajaban a la perfección. No puede creer cuan enloquecedor es hundirse en el calor del joven humano y escucharlo gemir. De verdad cree que nacieron para estar juntos, para pertenecerse el uno al otro. Su precioso Wei Ying.

Inhalando profundamente, Lan Wangji se inclinó sobre él, acomodándolo mejor en las pieles que trajo para que su pareja estuviera más cómoda, luego lo agarró por el cuello para acercarlo a él y mordió sus labios antes de besarlo profundamente.

Wei Wuxian tembló excitado, el calor invadía todo su cuerpo. Las manos de Lan WangJi se movían descaradamente, subiendo y bajando por todo su cuerpo, apretandolo posesivamente para luego posarse firme en sus caderas empujándolas hacia arriba, haciendo más certeras las embestidas mientras el ritmo aumentaba.

Echando la cabeza hacia atrás, Wei Wuxian clamó entre gemidos, no sabiendo cómo enfrentarse a las brutales embestidas. La invasión ardía y dolía y hacía que todo su cuerpo se volviera loco por el placer que eso le generaba. 

Cada llanto solo instaba a Lan WangJi a ser más rudo. No sabía si sus gemidos eran de protestas o dolor, solo sabía que todo lo que salía de esa bella boca lo excitaba más y más.

Entonces las manos de Wei Wuxian se interpusieron, y Lan Wangji las agarró en una de sus manos y las inmovilizó por encima de la cabeza y con la otra mano le agarró del mentón para iniciar otro demandante beso.

—Mío —exhaló ronco. Sus cuerpos pegajosos ya por los muchos fluidos que salían de ellos desde hace horas, causaban que la cueva se llenara de sonidos obscenos que resonaban en toda el lugar.

—T-tuyo — Respondió gimiendo tembloroso. El placer y dolor lo tenían abrumado. Quería que fuera al menos físicamente posible para él aceptar el enorme miembro de Lan WangJi y quería que Lan WangJi recibiera placer también, pero no se decidía por pedir por más o suplicar por piedad.

Lan Wangji continuaba dejando marcas de dientes por todo su cuerpo. Wei Wuxian levantó la vista y miró el rostro de su pareja. Los ojos de Lan Wangji estaban tan calientes que podrían quemarle la piel.

Siguieron así durante un tiempo, Wei Wuxian a veces suplicando y a veces jadeando gloriosos sonidos al oído de Lan Wangji y Lan Zhan solo se lo folló sin piedad, hasta que Wei Ying Se volviera un lío de sonidos entrecortados e incoherentes.