Capítulo 1

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Estos eran mis días, estar acostada en el piso de mi cuarto escuchando música sin nada de qué preocuparme durante un momento mientras mis padres no estaban, era el único momento donde tenía paz, donde no me criticaban ni me vigilaban en todo.

-Scar, mamá acaba de llegar y te está llamando para que bajes a comer. -dijo mi hermana mayor Alice.

Me quede observándola mientras ella salía de mi habitación.

Ella es igual a nuestra madre: cabello rubio, ojos verdes y una piel tersa y bronceada. Yo, por otro lado, no lo soy, yo tengo el cabello negro igual que mis ojos, oscuros y una piel blanca tan pálida como la nieve. Lo de la piel tal vez se deba a que nunca salgo de casa, es una de las cosas que tenía prohibido hacer.

Alejé mis pensamientos al recordar que tenía que ir a comer antes de que se enojaran, suspiré y terminé poniéndome unas zapatillas para poder bajar. Una vez abajo fui a la cocina a ver a mi madre para ayudarla a poner la mesa o mejor dicho ponerla yo.

En el comienzo de la comida, estábamos sentados mi padre en la cabeza de la mesa, mi madre su lado y al otro, mi hermano mayor y el resto de nosotros de mayor a menor. En la comida nadie hablaba. La comida era algo que se hacía en silencio, según mi padre, era para respetar la comida.

- Alice, ya que por fin cumpliste 19 años, es hora de que te comprometas, el hijo del pastor pertenece a una de las familias más respetables de la ciudad -mencionó mi padre al terminar de comer mirando fijamente a mi hermana Alice- Es la mejor manera de que nos ayudes, así que mañana iremos a cenar a su casa como un acuerdo prenupcial para establecer la fecha de la ceremonia.

- Padre, todavía no me siento lista para contraer matrimonio con alguien - mencionó mi hermana en un susurro débil.

- Hija, es la mejor manera de ayudarnos. Ustedes son cinco, no podemos cuidarlas. La comida está cara y con el trabajo de su padre no nos alcanza- dijo mi madre en voz baja.

- Marta, no le des explicaciones. Ya te di una orden Alice, mañana las quiero a las 5 vestidas y listas, saldremos a las cuatro rumbo a la casa del pastor, es mi última palabra. - Cuando terminó de hablar se levantó en dirección a su habitación, seguido de mamá.

Terminó la cena conmigo y con Ashey mi hermana menor, lavando los platos. Cuando terminamos cada una subió a su respectiva habitación. Ya en mi cuarto en completo silencio sumida en la oscuridad de la luna solo con una vela dando claridad, me deje llevar por el sueño cayendo rendida en la cama.

"Un chico que no sabía quién era ni nunca lo había visto me decía: Scarling, regenera tu poder y vuelve al reino con nosotros, despierta DESPIERTA"

Me levanté sobresaltada de la cama, asustada siempre era el mismo sueño donde me decían que me despierte, pero cuando lo hacía nunca sucedía nada, solo era una simple imaginación mía, no sé de dónde salió solo sé que desde que cumplí 17 comencé a soñar con eso ya es un año desde que comenzó y cada día se vuelve peor y estresante.

Salí de mi cama después de pensar en el sueño que tuve, llegué al baño y en el espejo vi las ojeras que tenía, me metí darme una ducha con agua tibia. Al salir, me puse el vestido blanco y unas sandalias color marfil. Al salir de la habitación bajé a desayunar y me di cuenta que papá no estaba.

- Está afuera con el vecino, hablando sobre trabajo- dijo mi madre luego de ver mi cara con un claro signo de interrogación- Siéntate a comer ya mismo me vas acompañar ayudar a tu hermana para esta noche- terminó de hablar para comenzar a desayunar.

La comida fue rápida, está vez le tocó lavar la losa a Ashey y Jina, seguí a mamá escaleras arriba rumbo a la habitación de Alice quien no bajó a desayunar lo cual era extraño viniendo de ella.

- Alice, vamos a entrar Scarling y yo - dijo mi madre antes de abrir la puerta y entrar.

Encontramos a mi hermana viendo fijamente al espejo sentada sobre la silla del tocador, estuvimos toda la tarde eligiendo el vestido, zapatos, cartera, peinado y como se arreglaría para esta noche; una vez que terminamos, comimos algo rápido y la dejamos sola para que se arreglara al terminar ya eran las 2 de la tarde.

Fui a mi cuarto a bañarme y comencé a cambiarme, elegí un vestido negro, sin escote y unas zapatillas negras.

Bajé al primer piso y me encontré a todos ya vestidos y arreglados, cuando llego papá ya estuvimos listos para partir a la casa del pastor. El tiempo que nos tomó en llegar fue de 30 minutos, nos bajamos del auto para ir directamente la puerta.

Ya en la puerta nuestro padre nos hecho una última mirada fija y tocó el timbre, sentí que se me congelaba el cuerpo, como si no pudiese mover un solo músculo al ver quién estaba parado frente.

Era él. Cómo no reconocerlo. Él era él.

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2022 ⏰

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