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el último mes paso como un rayo, tan rápido que sakura no tenía conciencia de como había pasado el tiempo.
el torneo de primavera había acabado con inarizaki de ganador, el último punto se lo había llevado rintaro y eso había llenado el corazón de alegría de la pelirosa quien ahora lo veía en primera fila.
la alegría del castaño de cada vez que volteaba a ver al público ya sea porque va a sacar o a rematar y ver a cierta pelirosa apretar sus puños y darle una sonrisa hacia que la flojera se dispersarse de el cuerpo de suna.
Sakura estaba en uno de sus entrenamientos colocando sus vendas para empezar a practicar.
—Sakura...—Su maestra tsuna, quien se había convertido en su segunda madre la nombraba mientras estaba sentada en el ring con los brazos cruzados con esas miradas aterradoras que tanto la caracterizaban a su maestra —¿P-pasa algo maestra?— volteó a verla con un claro nerviosismo tanto así que se vendo mal y tuvo que volver a iniciar el trabajo —Ya vas a pasar a tu tercer año y, no lo sé, quiero preguntarte si realmente quieres dedicarte profesionalmente a esto— la pregunta le cayó como un balde de agua fría, no, no quería dedicarse al boxeo profesionalmente pero ¿que quería ser? no sabe en qué momento paso a segundo y ya está apunto de entrar a tercero e irse de inarizaki, la preparatoria que la acunó cómo su casa.
Las secundarias son salvajes, más aún cuando son femeninas, las mujeres pueden ser muy crueles entre ellas.
A Sakura realmente le gustaban las ciencias sociales, en especial la psicología y se le daba bastante bien, pero a las chicas no les agradaba alguien que fuera mejor que ellas en algo.
jalarla del cabello hasta los baños y gritarle comentarios hirientes era algo del día a día y una que otra matona que la golpeaba.
a su madre nunca le importo mucho, lo único que decía era que no debía ser débil, no era mala madre, es decir no pensaba que fuera algo tan grave.
así que estaba encantada de que su hija comenzara a practicar box.
no era un deporte para chicos, los deportes no se encasillan en un genero y las Harukawa eran fieles creyentes de ello, el padre de Sakura, haaland Harukawa era un japonés/ruso, y tenía un fuerte amor a los deportes, nunca estuvo con su familia pero el pan caliente nunca faltó en sus mesas.
así que con ambos progenitores encantados inicio con el boxeo.
era una chica corpulenta, no era una chica gorda pero tampoco era excesivamente delgada, tenía muslos gruesos y una espalda ancha, pero su cintura era pequeña y su cuerpo era curvilíneo y considerado bonito, pero cuando inicio el boxeo sus ansias por ser más delgada iniciaron los problemas alimenticios.
vomitaba su comida y entrenaba como loca.
especialmente su transtorno alimentario era alimentado por su compañera de entrenamientos, miu siempre había sido envidiada por su lindo cuerpo y tener a todos los chicos de las otras escuelas comiendo de la palma de su mano.
hacía que Sakura se pesará antes de entrar llegando a estar en los huesos.
cuando se dieron cuenta del deplorable estado en el que se encontraba fue internada en un centro psiquiátrico y logró recobrar un peso que aunque mayor a su estatura era saludable.
su cuerpo antiguo volvió aunque nunca vuelve a ser como antes.
así que Sakura juro nunca volver a esa época.
el tratamiento psicológico que tuvo después de ello la hizo entender lo bonita que era y que un número en una balanza no siempre dictaminaba su salud ni su persona y que los excesos nunca serán buenos.
así que por eso entrena boxeo, porque es alguien fuerte.
este año en inarizaki le hizo conocer a personas maravillosas, el equipo de volleyball nunca la crítico, nunca la vio como un trozo de carne, la vieron como una más, y aunque casi no sepa nada de volleyball, las personas en ese equipo la hizo sentir en casa.
Los chistes malos de atsumu, lo buen lider que es kita, la determinación de Aran, lo empático que es osamu, y lo feliz que Rintaro hace sentir a Sakura, todos ellos se volvieron indispensables en la vida de la chica de 1.58.
—No, no quiero dedicarme a el boxeo profesionalmente, yo quiero ser psicóloga deportiva.— hablo mientras sus ojos brillaban y la venda de ambas manos ya había concluido.
—Buena decisión chiquita mía, ¿empezamos?— la mirada filosa de Sakura le dio a entender su respuesta y iniciaron a entrenar como era costumbre.

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quería darle transfondo a sakurita, quiero añadir que ella mide 1.58 y pesa 63 kilogramos, es un peso saludable más si se trata de masa muscular, quisiera también decir que un número no dice tu salud ni lo que vales y si pasaste por algún transtorno alimentario sos re fuerte y mereces mucho más, la salud no siempre tiene que ver con el peso si no con una alimentación balanceada, hacer ejercicio y otros factores que no tienen que ver con el peso, gracias x bancarla así sea pokita gente wacho gracias <3 <3

cherii | r. sunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora