Con el alma perdida

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La sala se mantuvo unos minutos en silencio esperando a que Casandra continuara su relato

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La sala se mantuvo unos minutos en silencio esperando a que Casandra continuara su relato.

Una corriente eléctrica había pasado por las cuerdas vocales y entre la lengua de la chica. Ahora levantaba su mirada sombría para proseguir.

Ese castillo era hermoso. La condesa de Verona había llegado en cuanto Bridelle murió. Lo hizo con unas enormes maletas color café cenizo. Ella tenía un porte muy particular, destilaba oscuridad y llanto, sin siquiera mover un centímetro de su rostro. Era como un reflejo de lo que alguna vez fue el rencor, la soledad y todas aquellas emociones que en verdad causaron sufrimiento en el punto más profundo del corazón.

Su nueva residencia estaba francamente inhabitable. Las paredes estaban repletas de moho que se escurría como una silenciosa melodía entre las esquinas y por las rendijas que conducían al cuarto siguiente. Por las ventanas no se asomaba el sol, sino la sombra de las afueras. El punto más triste del aire golpeteaba sobre el helado vidrio generando que las enredaderas del jardín se notaran más porque volvían todo mucho más ruidoso y terrible.

La condesa desempacó en su nueva y vacía habitación en cuanto tuvo la oportunidad. Revisó con calma los alrededores para comprobar que todo estuviera en su lugar, aunque en realidad no había nada cerca de ella.

Todos los espejos de la mansión estaban repletos de paño, no se podía reflejar nada sobre ellos, pero eso le daba una tranquilidad inmensa. Pensaba que se trataba de un regalo del universo, el no tener que observar su rostro ahí, juzgándola profundamente con la intención puesta en un montón de tabiques mal alineados.

Había escuchado las leyendas sobre sus antecesoras, pero el alma y espíritu se encontraba tan secos que no tenía ni la más mínima intención de pensar demasiado en esos temas.

Los primeros días fueron terribles. Podía escuchar el eco de su propia existencia por entre las paredes podridas, rebotando y tratando de encontrar un alma a la cual adherirse; pero aquello era inútil. En ese horrible sitio no había cabida para nadie que tuviera un ápice de humanidad.

Todo a su alrededor estaba seco. Todo dentro de ella también. Casi podía asegurar que su corazón también crujía bajo sus pies como aquellas rosas secas desparramadas por todos lados.

En el interior, solamente lloraba. No lo hacía por fuera porque realmente hubiera sido muy lamentable. La espalda le dolía como si estuviera sosteniendo las decisiones de sus antecesoras. Ya no quería continuar caminando por esas escalinatas sin ningún objetivo y es por eso que su alma se quebró por completo de una sola vez.

Ella dejó el castillo sin una huella tras de sí. Ya no podía, ya no lo necesitaba y finalmente, después de tantas vueltas por la vida, ella me revivió.

Recuerdo que estaba sepultada muy en lo profundo del jardín, con la mirada tapada de tierra. Ella me extendió la mano, porque sabía que yo era la única persona que podía lograr aquella hazaña. Sabía que yo podría ejecutar lo que más necesitábamos en ese momento, así que sonrió al tiempo que entraba a la misma tumba de la que me había sacado.

Yo me sacudí las hojas de los jeans y la playera, hacía mucho no veía lo que traía puesto, pero parecía roído y podrido por el tiempo que estuve debajo de todo. No me interesaba cómo lucía, después de todo, porque ahora tenía una misión encomendada. Algo que le daba sentido a todo, porque la venganza a veces es atar los cabos sueltos. Así, sin que nadie pueda entrometerse en lo profundo o lo vacío de lo que esas palabras puedan significar.

Vi la mirada de la condesa apagándose bajo la tierra, al tiempo que giraba la llave del auto y me dirigía a cumplir lo requerido.

—Creí que habías desaparecido —comentó la doctora Rosa mirando sus registros.
—Por supuesto que no era yo. Mi verdadero ser permanecerá por siempre en su propia tumba profanada.

 Mi verdadero ser permanecerá por siempre en su propia tumba profanada

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¿Por qué caen las hojas en otoño? ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora