Con mucho trabajo sus párpados se despegaron, no recordaba nada, en ese momento todo era paz, su vista era borrosa, de su lado izquierdo, una luz la iluminaba causándole molestías, pareciera que hubiera estado en la oscuridad y de la nada alguien le alumbra con una lámpara directo al rostro, trató de moverse al lado contrario para evitar la luz, su cuerpo era como una máquina que pasó años inmóvil, oxidándose y que después fue puesta a trabajar, sus articulaciones apenas y podían mover un par de grados en cualquier dirección, así que utilizó su peso para cambiar de posición, se inclinó un poco a la izquierda y después a la derecha, lo repitió una tres veces hasta quedar de espaldas a la luz, mientras movía sus articulaciones para recuperar su movilidad, su vista regresó a la normalidad, sus movimientos se detuvieron pues ahora veía perfectamente a una pelirroja sentada que miraba con una sonrisa el cómo se movía de forma muy extraña. —(Pam) No te preocupes por mí, continúa con tus… esos movimientos—
—(Harleen) ¡Rojita!... ¿Estamos muertas?, ¿Estamos en el cielo o infierno?—.Pam se inclinó hacía Harleen hasta que sus rostros quedaron a unos pocos centímetros, colocó su mano sobre la mejilla de la rubia, de forma gentil la empezó a acariciar, entonces le habló con una voz dulce y delicada —(Pam) Estuvimos a punto, pero al parecer no era nuestra hora, nos salvaste— De forma repentina, la pelirroja le dió un beso en los labios, quién estaba en la cama no tuvo tiempo de procesar lo que estaba pasando, su mente aún era un caos, una vez que la chica de piel pálida separó, la pudo apreciar mucho mejor, sus rostro y brazos tenían varias cicatrices, a su mente llegaron todos los recuerdos como si una gran cantidad de agua fría cayera sobre ella.
La sangre, los quejidos, el sonido del arma siendo disparada, la paz abandonó de forma su cuerpo de forma repentina, las disculpas no se hicieron esperar, con su cuerpo respondiendo casi de forma normal, se sentó en la orilla de la cama, miró a quién tenía frente suyo y con una voz quebradiza, se disculpó una vez más, recordar a Pam atada, golpeada, a punto de morir, le llenaba el corazón de tristeza y culpa, de sus ojos brotaron unas cuantas lágrimas que se limpio inmediatamente, —(Harleen) Si hubiera…—
—(Pam) Nada de eso, no es tu culpa, no castigues más a tu corazón y mente con cargas que no te perteneces. Hace tiempo te dije que un día tendrías la posibilidad de cambiar tu camino, pues ese día llegó, tal vez el último tramo del camión fue muy oscuro, pero el Sol ahora te iluminará—.—(Harleen) Que poético— la pelirroja le mostró un libro que que tenía sobre una pequeña mesa, grande fue la sorpresa de que ya había pasado una semana desde el percance, pasó este leyendo, esperando; Pam fue la primera en recuperarse, desconocía el cómo, pero cuando abrió los ojos estaba en una agradable habitación, a la primera oportunidad que pudo, fue en busca de la rubia, cosa que no fue complicada pues estaba en la habitación de al lado, desde entonces, la cuidó, contando los minutos para que despertara —(Harleen) Aww, no sé qué hice para tener en mi vida a alguien como tú, pero aún así, tengo que compensarte con algo—.
Por un momento, la pelirroja la dejó sola para ir en busca de algo de comida, no escuchaba ningún ruido, era como si estuviera sola en aquel lugar, el suelo estaba adornado con una alfombra roja que en las orillas tenía unas pequeñas líneas amarillas que se superponian una encina de otra dando el efecto de ser una enredadera, las paredes estaban tapizadas con largos tablones de madera colocados verticalmente, el techo también tenía la misma estética de madera, tenía tablones acomodados de tal forma que sobresalían, formando cuadros en los que había pequeños focos que para ese momento del día estaban apagados. A parte de la cama, había otros muebles, cómo la silla donde hasta hace unos momentos servía como asiento para Pam o la pequeña mesa, era un lugar acogedor y muy agradable, podría pasar varias horas ahí y nunca se sentiría estresada o cansada.
Aunque ella no lo notará, su mente se encontraba muy cansada pues le tomó varios segundos darse cuenta de dónde estaba, estaba en la mansión Wayne, lo que significaba que algún miembro de la batifamilia los había llevado, el rostro de Babs apareció fugazmente en su mente, ella también resultó mal herida, lo más seguro es que se encontrara en una situación similar a la de ella, el deseó de buscarla la invadió, pero el estado en el que estaba impidió que pudiera tan siquiera moverse, solo se resignó a pedir que su amiga estuviera bien y que la perdonara.
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COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS
FanfictionA veces solo quieres volver hacía atras en el tiempo y cambiar una cosa, pero eso es algo imposible, solo queda seguir hacia delante y tratar de olvidar... o remediar las cosas