nunca había estado en la habitación de lewis. era enorme. tampoco hubo un momento en el que lo viera así: triste. aún recordaba el auto deteniéndose y él no queriendo parar. luego esa caminata vacía sin esperar encontrarse con ella a medio camino para terminar yéndose de la mano. lewis no sabía qué es lo que era eso, pero cuando la besó detrás de esa pequeña puerta en el paddock, supo que era lo qué quería.
lewis permaneció sentado a la orilla de la cama con la mirada hacia la ventana. bien podría preguntarse qué le gustaba más, si el atardecer o ella, pero no hacía falta sí conocía la respuesta. arlén se puso frente a él y besó su frente luego de abrazarlo una vez más. lewis la rodeó con los brazos e hizo que se sentara en sus piernas. le gustaba cómo lo veía.
arlén no era insegura, pero a veces pensaba en por qué lewis estaba con ella. no eran novios, pero tampoco decían lo contrario. una vez, pensando en sus ex novias, le dijo que podía estar con la mujer que quisiera. jamás olvidaría su respuesta.
lewis no lo supo hasta ese momento, pero aquel beso tan ruin y descuidado en el paddock, había sido el primero. y se disculpó. no porque ella se lo pidiera, y no por el beso. estaban bromeando, pero cuando lewis le dijo que ni siquiera podía contar las mujeres con las que se había besado, arlén lo sabía. porque arlén no iba a ser la mujer a quien le dijera te amo o con quién se quedaría el resto de su vida. apenas tenía veintidós, pero ansiaba haber tenido la vida con él.
lewis acarició su espalda y besó su cuello. ella seguía aferrada a él. no lo supo entonces, pero después de que lewis casi la dejara sin caminar esa noche, ella no iba a pensar en otra jodida cosa que no fuera lewis hamilton penetrándola. ahí conoció que los límites eran el significado más pendejo que había escuchado jamás.
y sacó su camiseta. lewis había visto a muchas mujeres sin ropa, pero con ella sentía que no debía. pero tenía tantas ganas. se levantó de la cama junto con ella y la besó justo antes de pegarla a la pared. estaban tan jodidamente cerca. sus labios se tocaban, pero no hacían nada más. se veía tan bien.
—¿estás segura?
lewis le preguntó. ella quería decir que sí, quería asentir o darle una maldita señal, pero el que se lo preguntara la dejó sin nada. obligó a su cabeza a moverse, y en un movimiento brusco, tiró de ella hacia abajo, como afirmación. y lo besó.
pero qué beso.
le sacó la playera después de que ni siquiera sintiera cuando quitó sus pantalones. y no podía dejar de mirarlo; esos tatuajes la tenían. ese jodido cuerpo, esas marcas que ansiaba dejar sobre él. era tan guapo.
lewis le quitó la lencería con la boca. sus besos le sabían a gloria, pero en lo único que pensaba era en que se iría al infierno. y la distancia se acortaba entre sus labios y los de ella, pero no los de su rostro. sus piernas querían cerrarse, pero no la dejó. sus manos la tocaron completamente, pero cuando las puso en sus piernas, mierda. con gusto bajaría al infierno.