Inmortales (Haikyuu)

Génesis 2

El hombre despertó desnudo, sin aparente vergüenza, después de todo, estaba frente a su padre, jamás sentiría vergüenza con él. Este hombre fue hecho como un dios mortal, tendría control sobre los animales en tierra y agua y jamás viviría con hambre o sed, pues todo lo tendría, lo único diferente a su Padre es que, mientras dios buscaba el deseo de la adulación, este hombre viviría bajo el deseo de la adoración; creería en su padre, pues era lo único que tendría. Dios seria su todo.

-¿Cómo me llamaras Padre? –pregunto, el hombre quien ya había sido llevado a los bosques con las otras especies, mantenía curiosidad pues él había bautizado a cada criatura con un nombre que lo diferenciara de los otros, las cuales en general les decía "especies", esa fue su primera lección- le has colocado nombre a cada criatura pero no me has llamado por ninguno a mí.

Dios lo observo, era cierto que al igual que los otros, fue creado con el mismo material pero, era claro que no podía recibir un nombre cualquier, después de todo, ese hombre era su primer hijo, su primer tesoro -Te llamaras Daichi, cada que diga tu nombre, correrás a mis pies y me alabaras como tu dios; Podrás llamarme padre si asi lo deseas, después de todo, tú eres mi hijo y todo lo que ves será tuyo, todo lo que me pidas te lo daré.

Y asi fue, Daichi le pidió poder comunicarse con los animales, y dios se lo concedió; le pidió poder respirar bajo el mar y conocer todos los rincones de este y dios creo seres que pudieran acompañarlo en aquellos lugares que aún se encontraban oscuros; le pidió poder tocar las nubes y dios creo aves que pudieran llevarlo al cielo; le pidió la fruta más deliciosa y dios sacio su curiosidad creando cientos de árboles y arbustos frutales. 

Asi, pasaron los años y cada día, dios se maravillaba de lo mucho que su hijo aprendía y crecía, era incluso más feliz cuando en su deseo, con una suave voz declaraba la presencia de Daichi quien sin pensarlo dos veces, corría a los pies de su padre y lo alababa de todo lo que era y todo lo que hacía; y asi fue como dios se sintió lleno y complacido.

Daichi también era feliz, no había otro mundo en su mente que ese y no había nadie más en sus pensamientos que dios; todo lo que creaba, cantaba o decía, era dedicado a su único creador, sin embargo, no todo es perfecto, y los humanos llegamos a fallar. En un ocasión mientras Daichi se mantenía recostado en el lomo de un león, escucho sonidos extraños un poco más lejos de donde se encontraba; jamás en sus años de vida había escuchado algo asi, y al acercarse a ver, pudo afirmar que su vista jamás había encontrado algo igual, un par de leopardos se encontraban en pleno acto de apareamiento, cosa que dejo mucha curiosidad en él.

"¿Porque hacían eso?" –se preguntó, los sonidos eran extraños y no entendían el porqué de tal acto.

Cuando estuvo a punto de acercarse más, escucho la voz de su padre llamarle haciendo que su cuerpo caminara directo hacia él. En cuanto lo vio su ojos brillaron, y corrió a refugiarse en su regazo, besando cada uno de sus pies, exclamando lo poderoso y magnifico que era su señor. Sin embargo esta vez no hubo caricias en sus cabellos como lo fue en otras ocasiones, incrédulo de aquel escenario, giro su vista para poder apreciar a su padre quien tenía su rostro inclinado en su mano izquierda, observándolo, no se veía complacido. Temeroso de haber hecho algo malo se inclinó y con suave voz pregunto:

-Oh padre mío, dime en que no te he complacido?

Este lo observo un poco más para después suspirar, era la primera vez que escuchaba esa acción en él, sin perder más tiempo, se inclinó a Daichi y dijo –He visto que mientras me adorabas, había algo en tu mente que te alejaba de mí; dime hijo ¿tan impactante fue lo que viste con esos leopardos que tu mente no puede pensar en nada mas?

-Padre, perdóneme, no he sido bueno –levanto la vista con sumo arrepentimiento y confesó –es que yo jamás había visto algo así, era un juego muy extraño, eso movimientos y los sonidos ¿Por qué hacían eso?

-Es para tener cachorros, no sirve para nada más que eso; es un ritual que les he permitido para que la hembra no sufra al engendrar, le llame: Apareamiento.

-¿Apareamiento? –Daichi recito la palabra como si en su cabeza hubiera un diccionario y necesitara clasificarla para no olvidarla- todos los animales hacen ese ritual?

-Sí, todos menos tú, no necesitas hacer eso, pues tú fuiste creado para mí, para adorarme.

Daichi empezó a sentir un cosquilleo en su garganta, no contesto pues su atención se encontraba en aquello que sentía, era frustrante pero ¿Qué significaba esa palabra? él, era el único, no había otro como él, nadie con quien pudiera hablar.

Era la primera vez que su corazón pensaba en ese tipo de cosas y se asusto, y se sorprendió de lo lejos que podían llegar sus pensamientos, al igual de como el deseo de tener un compañero empezó a crecer en su corazón; Tomando valor, se arrodillo elevando su pecho a Dios y dijo:

-Padre, por favor, se misericordioso y dame un igual.

Dios lo observo, él lo veía todo, él lo sabía todo, y vio el futuro de su creación mancharse por un deseo que desconocía en el mismo. Sabía que su mundo podría desmoronarse si no tenía cuidado, pero imaginarse siendo adorado por dos seres tan devotos y fieles como su primer hijo, hizo que su corazón se llenara de codicia. Quería más.

-Tu padre lo ha pensado, soy un ser celoso, no quiero compartir mi más preciada creación con nadie más, por eso, cumpliendo mi promesa de darte todo lo que me pidas; te daré un compañero de tu misma edad y sexo, asi no estarás solo tú en el mundo y yo no tendré que compartirte con nadie más.

Daichi se levantó emocionado, habría otro igual, se acercó a su padre y con real devoción inclino su rostro gritando:

-Asi será padre, gracias.

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Creo que todos sabemos quien va a aparecer en pantalla jsjsjjs ¿Qué tal les va pareciendo la historia? siento que puedo abarcar mucho en este primer arco, asi que por favor sean paciente.

He decidido que publicare todos los Viernes después de la 6:00 pm. sin mas que decir, los leo ¡Chau!