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Era un fin de semana caluroso, las copas de los árboles estaban totalmente quietas, las veredas totalmente calientes,los objetos de metal eran totalmente intocables. Era tanto el calor que del capó de los automóviles salían pequeñas ondas de vapor. Por eso es que el frío era y es una mejor opción.

Jackson, quien se encontraba tirado junto con su papá Yibo en el refrescante piso de la sala, reflexionaban sobre qué actividades podría hacer en un día con tremendo auge de calor. Pensaban, pensaban, y pensaban, pero no se les ocurría absolutamente nada.

—¿Qué hacen ahí tirados?

Ambos voltearon su mirada al ver la figura de Xiao Zhan parada atrás de ellos.

—Estábamos refrescándonos un rato—. Contesto Yibo, mientras se levantaba del suelo para sentarse enrollando sus piernas, su hijo copió su acción de inmediato.

—Y meditando en qué hacer. Estamos aburridos—. Agregó Jackson, dejándose caer en el regazo de su papá, quien para ofrecerle mayor comodidad estiró sus piernas.

Xiao Zhan se recostó sobre la pared, viéndolos con una sonrisa. Se quedaron en silencio hasta que una idea surcó su cabeza.

—¿Y si hacemos un pícnic en el parque?

La idea hizo que el pequeño Jackson se levantara de manera rápida del cómodo regazo de su padre.

—¡¿Un pícnic?!

Xiao Zhan asintió sonriendo al ver la emoción con la que su hijo preguntaba.

—Si, ¿te gusta la idea?

—¡Si!

—Entonces ve a bañarte y cambiarte, mientras preparo la comida, ¿si?

El pequeño asintió mientras se levantaba rápidamente del cómodo piso, dejando solamente el eco de las pisadas de sus pequeños pies descalzos.

—¿Quieres que te ayude a cocinar?—preguntó Yibo que se venía levantaba del suelo.

Xiao Zhan negó con una sonrisa mientras seguía apoyado en la pared. Dejó escapar un pequeño grito cuando Yibo lo tomó de la cintura y lo jalo a su pecho. Los dos se quedaron viendo fijamente. 

Desde lejos se podía ver como sus ojos seguían brillando al verse. Se lograba escuchar como sus corazones parecían tocar la misma melodía. Se besaron, fue un beso lento, suave, profundo y lleno de amor. De esos que casi ya no se ven, de esos que te hacen saber que es un amor puro.

—Ve a bañarte.

—¿Me estás diciendo que apesto? — preguntó indignado Yibo—. Qué poco romántico eres, cariño.

Xiao Zhan se rio de manera fuerte, su cuerpo se inclinó hacia atrás ante la fuerza de su risa. Yibo sonrió mientras todavía mantenía el cuerpo de su esposo entre sus brazos.

—Que conste que eso lo dijiste tú.

—Pero tú lo pensaste.

Su esposo tomó su rostro entre sus manos y le dio un beso en la nariz.

—Ve a bañarte, corazón—. Repitió Xiao Zhan.

Yibo asintió obedientemente, cuando se dio la vuelta sus ojos junto a su boca se abrieron dejando una mueca de clara sorpresa.

—¿Me acabas de nalguear?

—Si, así es. Ahora ve a bañarte.

Yibo se dio la vuelta mientras negaba con una sonrisa a la vez que se sobaba la nalga.

Xiao Zhan estaba metiendo todo en el maletero de su camioneta. No llevaban mucho, era solamente una canasta, una manta y una pequeña bocina. Cuando cerró la puerta del coche, su esposo venía saliendo junto a su hijo.

The Love is... - (YIZHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora