Cap 3

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Hambre
Hambre era lo único que sentía en ese momento. No había comido nada desde el desayuno y ya la campanada de las 4 de la tarde resonaba por los pasillos. Estaba sentado en un rincón del comedor vacío, con Melody acostada en su regazo, mientras le exigía que el poeta y el pianista acabarán juntos, no admitiría un no por respuesta.

- Mel, por décima tercera vez, ¿Qué diantres voy a hacer con Isabella? Ya tenía una trama establecida para ella. Si hago que termine con el tipo del metro, será algo predecible.

- Nah, ¿No ves que se nota a leguas que pretendías dejarla con el poeta? Si la dejaras con el del metro, y desarrollas eso bien, será un gran giro de trama, le meterá suspenso.

- ¿Cómo que se nota a leguas?

- Vamos, Than, sos la mente maestra detrás del escrito, ¿Cómo puedes no notar cuando es evidente lo que pretendes hacer? Muy mal, Thancito.

- Thancito tu abuelo, y no, no se nota nada. Desarrolle esto minuciosamente a las 4 de la mañana, nada puede salir mal.

- ¿Te crees vegetal? Tenés que dormir. Ya me vengo enterando de porque tenés el coeficiente intelectual de una caja de lapiceros usados.

- Dormir es para débiles, Naylea.

- Prefiero Melody, querido- Masculló haciendo una mueca de desagrado- Naylea suena a listón para pulsera.

- Suena bonito, vos sos la amargada que le rehuye al nombre.

- ¿Los vas a dejar juntos o no?

- Que sí, que sí, déjame pensar en que me invento para que no parezca intento de  inclusión de Disney.

- Yaya, bueno... Chico, ¿Qué hora es?

El moreno alzó su muñeca, donde yacía un reloj de agujas, con sus años sobre los hombros.

- Son las y 34.

- ¿¡Las 4:34!? No puede ser, tengo clase de defensa personal, voy a llegar súper tarde.- La rubia se levantó a toda velocidad, tomando su mochila y emprendiendo la marcha a toda velocidad, mientras se despedía agitando su mano sobre su hombro.

- Que belleza, soledad para pensar sin una loca gritando.- Inquirió cabizbajo, mientras observaba el manuscrito, lleno de "Letra creativa" a como él le llamaba a los garabatos que escribía a toda velocidad para no perder el punto. Sinceramente le agradaba a gran manera la presencia de Melody, lo hacía tener ideas y le colaboraba siempre que podía. No le aburría escuchar las mil y un ideas mal colocadas que brotaban en cualquier momento. Su única amiga desde hacía dos años.- En fin, ¿Cómo que se notaba a leguas? Esta parte dice "Se miraron a los ojos, y las melodías brotaron del corazón del poeta, mientras las rimas sonoras del músico adornaban su mente y bailaban al son de las luces parpadeantes que alumbraban el pequeño almacén"... No se nota en absoluto, eso perfectamente pudo haber sido en plan amigos, y nadie se daría cuenta... Talvez deba cambiar unas cosas.

Tomó el borrador, y durante la siguiente hora se dedicó a cambiar, añadir o deshacer algunas cosas que considero que no tenían cabida en el escrito.
Mordía el borrador del lápiz cuando escuchó la puerta del comedor abrirse, dándole paso a la nítida luz del, irónicamente, nublado día que hacía afuera.
Curioso, miró la puerta en busca del productor de los pasos que se dirigían hacia una mesa grande y vacía, como el resto del comedor.
Asomando vagamente su cabeza sobre la agenda, divisó una cabellera negra bien conocida por él. Parecía que la suerte jugaba a su favor ese día, o tal vez en contra, quien sabría, pero ahí estaba su oportunidad de hablar con Ava a solas.
La mayoría de las personas ya habían dejado la institución, a esas horas no se hallaban sino los estudiantes de clases extracurriculares, como Melody. Podría intentar hablar con ella sin mayor interrupción.
Pero antes, decidió evaluar la situación y pensar bien lo que le diría, para no parecer un idiota, de nuevo.
Mientras pensaba, un suspiro largo y pesado, seguido de una nube de nicotina, llamó la atención del vacilante intento de escritor.
Ava estaba fumando, mientras miraba hacia la cocina, de manera silenciosa.
La chica estaba de pie, junto a un cubo de basura. Después de una calada a su cigarrillo, y un lento parpadeo, pateó el cubo de basura y gritó mientras tiraba el cigarrillo al suelo.
Ethan se sobresaltó, ya que la chica en ese momento le daba la espalda, no se había dado cuenta de que tenía un pequeño espectador, el cual, por cierto, se estaba cagando de miedo ahí mismo.
Ava se sentó en el piso, mientras deslizaba su espalda por la pared, y escondía su cara entre sus muslos.
Ah, la desesperación, una emoción que Ethan encontraba fascinante para plasmar en las hojas amarillentas de un cuaderno olvidado. El moreno suspiró, que buen material le estaba dando en ese momento.
Sin embargo, aunque la antipatía de la observación silenciosa era una característica que poseía su nombre, le parecía hasta cierto punto incómodo o doloroso de ver. Irónicamente, tampoco es que tuviera ganas de amainar el carácter de la mujer en ese momento.
Se levantó en silencio, y dió algunos pasos hacia ella, deteniéndose incontables veces y pensando si lo valía realmente, solo para luego reanudar su camino en silencio. Así continúo hasta estar a pocos metros de ella. Haciendo que la misma levantara la cabeza.
Se miraron unos instantes, Ethan pensando en que debería hacer, ya que había llegado hasta ahí, y Ava pensando en cómo escapar del lugar para mantener la poca dignidad que aún le quedaba, si es que la tenía.

- Ehm, disculpa... No pretendía molestarte... Y-y sé que no es de mi incumbencia pero... ¿Estas bien?...- El moreno tartamudeo torpemente, que pregunta estúpida.

Ava suspiro, entornando los ojos y prendiendo otro cigarrillo. Dió una calada silenciosa y habló.

- Sí, estoy sorprendentemente, niñato. Gracias por preguntar- Esbozó una sonrisa llena de sorna y ladeó la cabeza- ¿Qué trae a un joven desecho de la imaginación y la prosa barata por estos lares?- Añadió, mientras daba una risa baja. Hacia referencia a su tendencia innata de escribir.
Ethan se sintió ofendido, ciertamente.

- Disculpe, pero la prosa que escribo no es barata... Osea, no la he vendido pero... Bueno, el punto acá es que le pido más respeto hacia mi posición de...- Flaqueó, no sabía realmente como autodescribirse.

- De escritor novato. Felicitaciones. ¿Te vas ya?

Ethan razonó unos segundos, era su oportunidad de establecer una conexión con esa chica. Se sentó a su lado, manteniendo la distancia. Sentía la mirada fulminante de Ava, pero no sabía si era de enojo o de incertidumbre.

- Ya veo, ¿Que quieres? Ahorita no estoy de ánimo para nada.

- No quiero nada... Solo hablar.

- Pues, bendiciones, yo no. Me retiro.

- Espera... ¿Y si te hablo de mi prosa barata?

- ¿Que te hace pensar que me interesan las estupideces que escribes? ¿Crees que me importa lo que tú imaginación invente para olvidar lo patético y triste que eres?

- No lo sé... ¿Te gustaría?

- ... De todos modos no quiero asistir a Defensa hoy... Supongo que podría.

Ethan sonrió de manera amplia, todo iba por buen camino, sorprendentemente.

- Estoy en medio de un proyecto...- Empezó el muchacho, sacando la libreta donde yacían las palabras que había estado imaginando durante ya varios meses- No sé si te gustaría echarle una ojeada- Añadió, pasándole el mismo.

- Déjame ver...- Ava tomó el cuaderno, ladeando la cabeza y mirando vagamente lo que había escrito en él.- ¿Isabella...? Como... ¿Isabella Mcwhite? No me digas que te basaste en ella para esto.

- ¿Qué? No... - Realmente sí lo había hecho.

- Por favor, mira esto: "Rio escandalosamente, sus ojos grises bailaban junto a sus carcajadas, al son de la melodía del pianista, su música la hacía estremecerse, cuan dulce sonido producían sus teclas..." A Mcwhite le encanta la música, ríe al escuchar su canción favorita, le habéis cachado la personalidad, ¿no es así?

- Eh... Ah, no, nono... Eh, es que... Me pareció peculiar su manera de r-

- Si, no me interesa. Ya veo lo que haces, niñato.

- Tenemos la misma eda-

- Vas por ahí, robando personalidades para plasmarlas en tu triste fábula y que parezca un poco más llena de humanidad, ¿No? ¿Es eso lo que pretendes conmigo, niñato?

- No! Mirá, solo quería hablar con usted.

- Bueno, pues ya hablamos, linda conversación. Me retiraré, espero que encuentres a alguien lo suficientemente deprimente y vacío y patetico como para que combine con tu palabrerío contenido.

Dicho esto, Ava se levantó, dejando un zurco de nicotina quemada a su paso.
La nítida luz del día nublado que hacía le iluminó la cara al abrir la puerta de nuevo.

Ethan había encontrado a su musa.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2022 ⏰

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Si pudiera alcanzarte...//Abigail Villalobos (En Progreso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora