Deja Vu

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¡Hola de nuevo!

¿Cómo se encuentran?

Espero que bien. Hoy, por fin, traje el segundo capítulo, un poco más modificado que el anterior. De hecho, hay muchas escenas aquí, distintas, a la anterior versión. Pero creo que es mejor así.

Sin más que decir... Lean.

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NARRACIÓN POR SASUKE

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Una buena definición para el momento en el que estaba podría ser... felicidad subjetiva.

Era demasiado extraña. Por un lado, tenía la sensación de alegría por estar en el mismo auto con ella, sabiendo que hace menos de una hora pude besarla mientras ella solo accedía, jalando mi cabello con esa ferocidad que la caracteriza. Sin alejarme por la repulsión, o el odio que aún puede sentir. Contrario a eso, era la misma diosa que conocía.

Pero claro, luego está el otro lado. Sabía que lo que había oído en su charla con Ino era un efecto colateral del trauma que le dejé. Fue cruel, habló como una mujer completamente diferente, e incluso, con ciertos dejes de crueldad. Solo mencionaba lo mucho que desconfiaba, y literalmente mostraba arrepentimiento de habernos besado.

Pero al fin y al cabo, todo era mi culpa, todo culpa de lo que le hice. La defraudé, sencillamente, no merecía para nada esa dulzura y esos besos; al parecer mi castigo seguía, y estaba de acuerdo, el solo hecho de haber dejado de lado la felicidad de Sakura en el pasado ahora lo estaba pagando caro, su desprecio quizá es el mayor castigo.

"Ino, no seré tan suave, no regresaré tan a la ligera con él. Es mi ex esposo, y seguirá así por un tiempo..."

Aún recuerdo la metáfora sobre Sakura y las flores que le di a Itachi, diciendo que ella era una delicada flor a la cual tenía miedo de marchitar, pero ahora noté que no, ella nunca se iba a dejar marchitar por mí.

Me equivoqué, toda la vida me equivoqué, ella nunca dejaría que yo la degradara.

–Entonces –hablé, rompiendo el silencio–... Idate –desde hace un rato, aquel nombre había estado rondando mi mente... ¿Quién era, y de qué carajos hablaba cuando se refería a eso de 'mejor que la última vez'?

–Agh –soltó un gruñido, luego de la mención del nombre.

– ¿Agh? –La imité con gracia.

–Idate... –susurró riendo- simples amigos... digo, somos simples amigos- se corrigió con incomodidad, pero sabía que era por el nombre de aquel sujeto. Noté que quizá le agradaba, solo que dicen que una persona enamorada se cierra a las posibilidades de otras personas...

Sigue intentando idiota, ya hay alguien en su corazón.

–Hmp, eso explica algunas cosas –balbuceé sarcásticamente, haciéndole entender que no le había comprendido lo más mínimo.

–El... –dudó un segundo, mientras veía fijamente las gotas que corrían por el cristal del auto, ya que a unos minutos de salir del hospital una leve lluvia empezó a caer sobre nosotros, transformándose en una tormenta– Salí con él, ya que, por agradecimiento me invitó a cenar –empezó a explicar con algo de incomodidad–. Acepté porque... es alguien bueno, es amable, consciente, inteligente...

–Y tiene un hijo –añadí, actuando con indiferencia.

– ¿Eh? –me miró horrorizada– Ibiki es su hermano menor –explicó dándome a entender que la sola idea era irracional–. Él tiene hemofilia, así que he sido su doctora por hace aproximadamente 7 meses, está conmigo desde el hospital anterior.

Una Nueva Realidad: Vida de DivorciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora