Epílogo: Lo que somos

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¡Reviví! 

Bienvenid@s a este último capítulo, espero de corazón que lo disfruten...

Sin más que decir, lean...

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Narración por Sakura

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Siempre veía la vida como una ruleta. De esas que giras y te quedas esperando que te depara para el siguiente paso. Quizá era una manera extremista de verla. Solo hay opciones en las casillas, pero como animales, tenemos el instinto de que no caiga en esa precisa casilla de "muerte". O sencillamente, que implique dolor.

Cuando me casé, giré la ruleta a tener una vida feliz, al costo de mantenerme cegada en la posible mentira de mi vida.

El primer año fue de ensueño, porque ambos disfrutábamos la belleza de sentir el amor de alguien a tu lado.

El segundo año fue más ilustrativo. No éramos personas de humores tranquilos, sino más bien como dos luchadores que esperan y tratan de canalizar el estrés antes de iniciar la pelea.

Luego de esto, me dejé de preocupar por los números y lo que podían implicar. Solo sabía que cada 15 de agosto, celebrábamos el tiempo que quedó de haber unido nuestras vidas para la eternidad.

Y claro que han habido problemas. ¿Qué vida no los tiene? Perdería la emoción de no ser así.

Ahora se basa en ver una vida que merece ser vivida. Un momento que merece ser disfrutado. Un amor que merece ser compartido.

Si hace tres años me decían que las cosas terminarían así, diría que era un buen material para una película de terror, o de drama, incluso.

Pero la realidad a la que me enfrento derrumba cualquier ideal de lo que podía ser soñado.

Uzuki Yūgao

El nombre en aquella lápida parecía ser una mala broma. Una de esas que aparecen en películas de ficción que ves, pero no crees que puedan ser reales.

– ¿Lista? –le volteo a ver, con una media sonrisa. Sasuke está de pie a mi lado, frotando sus manos entre sí para conseguir algo de calor. Cada que hablamos, una pequeña nube de neblina sale de nuestras bocas.

–Sí –vuelvo la mirada a la lápida, y me inclino para dejar el ramo de lirios blancos junto a ella.

Lirios.

Los mismos que ella me dio en mi boda.

–Vamos, ya es hora.

Estos lugares me causan emociones encontradas. Un cementerio no es más que un lugar donde el cuerpo pasa a ser un cúmulo de materia orgánica, enterrada bajo tierra o echa ceniza. Pero el alma... El alma parece permanecer intacta. O eso es lo que he querido creer cada que visito uno de estos lugares.

Yūgao...

–No puedo creer que ya hayan pasado dos años de su muerte –Sasuke se acerca para abrazarme por el lado, y besar mi cabeza.

–De su muerte y de todo ese lío –frota mi brazo, pues está algo helado por el clima.

El césped está húmedo, y el día nublado contrasta con los pronósticos del clima: Posibles tormentas eléctricas y lluvias torrenciales.

Una Nueva Realidad: Vida de DivorciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora