◍★How do you love somebody★◍ "Enséñame cómo debería aprender a amarte"
Kim Sunoo se muestra interesado en el guapo amigo de Jay.
Sunghoon por su lado, solo quiere crear una nueva amistad por el consejo de Jay.
Ambos viven la vida de diferente forma...
(Colores de cabello, fechas y horarios en las imágenes no son importantes).
Sunoo
Solo tenía que hacer una cosa.
Solo una cosa.
Pero estaba inmóvil delante del gran umbral y con un frío de muerte.
Sunghoon lo valía.
Sabía que no era mi culpa lo de Jay, pero quería ser claro con mis sentimientos. No quería que pensara que me importaba menos. Porque la verdad era que era muy especial para mí y quería estar con él.
A punto de tocar la puerta, una mujer no mucho más grande que yo, salió rápidamente. Me miró de arriba abajo. Me sentí indefenso y sin notarlo lleve mis manos detrás de mi espalda. Como si estuviera en una película, se sacó los lentes que llevaba y me ofreció una media sonrisa. —¿Es amigo del jóven Sunghoon? —Preguntó tranquilamente. Se le veía mucho menos agresiva que cuando entre. Con ojos grandes y cabello corto. Quizá de la edad de mi hermana. Asentí y me tomó del hombro llevándome adentro de la casa. —Lo ví afuera de la casa. No podía evitar preguntarme si tocaría o se iría corriendo.
—Em...es que yo no estaba seguro—Murmuré mientras caminábamos hacía arriba.
¿A dónde me llevaba?
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Nos paramos en algún lugar de la casa. No parecía una habitación. Se veía como una oficina, por los detalles y certificados en la pared. Tocó la persona a mí lado. Escuché un Adelante. De pronto entre en pánico porque escuché una voz madura. Creía saber quién era.
La pregunta era ¿Por qué me trajeron aquí?
Entrando me encontré con una mujer con el cabello recogido y en traje. Sentada en una silla como las de los directores. Incluso su postura decía que siempre estaba preparada para recibir cualquier noticia u persona. Cuando me vió alzó la mano en señal de que entrará. Seguí la orden sin rechistar. Dando un leve salto cuando escuché la puerta siendo cerrada detrás de mí. —No muerdo. —Vociferó con voz tenue pero imponente. Me senté y observé escéptico, porque sabía muy bien, que era la madre de Sunghoon. Sus ojos eran parecidos. Pero aún creía que algo no iba bien.
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