Never touch the Shape's things

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Era el día de Halloween, tu lo sabías, todos lo sabían, era el día de Michael Myers, el hombre del saco, La Forma de Haddonfield, quizás la gente que salía a pedir dulces con los niños querían ser optimistas, estar entre gente en multitud les daba la confianza de que no morirían esa noche.

Pero tú convives con Michael los 365 días del año, tenían una relación rara, si es que se podía decir, no era como tal un noviazgo, porque claramente una charla con Michael preguntándole acerca de que eran no era una opción.

Vivían juntos, lo atendías, tenían sexo, aunque bueno, te cuidaba, a su manera claro, ni hablar de lo posesivo que era contigo, llegó un momento donde te dejaba heridas con su cuchillo cuando estaban en la cama, la marca de su mano alrededor de tu cuello, sin contar las marcas te mordidas que tenías en lugares visibles.

¿El te quería? Querías pensar que si, pero de hecho todo lo relacionado con ese hombre es incierto, con máscara o sin máscara no sabías que era lo que quería decir, aunque para tu defensa, no sabes leer a las personas, por no decir que prácticamente tuviste que aprender a conocer a Michael.

Pero ahora tenías un problema. Tu ex novio. Oh esa aberración de la naturaleza. Haz tenido que apagar tu celular personal porque no dejaba de mandarte mensajes y llamarte, pero estabas más preocupada por Michael, no porque le afectara, sino por lo que sería capaz de hacer. Joder, no deja que se te acercara cualquier persona.

Ya que cuando sucedía eso, normalmente la persona que se te acerca es atacado o asesinado, aunque está última fue solamente una vez, no deja de asustarte, pero nunca habías escuchado a Michael hablar, pero sus acciones te decían que eras suya, por lo tanto, nadie ni nadie más que el podía tener toda tu atención.

Ahora, si Michael se enteraba de que tu ex te estaba buscando gan desesperadamente al punto que tuviste que desconectar el teléfono fijo, estaba claro que iría tras el, especialmente esta noche, sin embargo quizás era un poco cruel de tu parte desear que Michael acabara con el para que te dejara en paz, pero tú conciencia no te lo permitirá.

Estabas sola en casa, tenías las luces apagadas mientras estabas viendo la película Pet Sematary del 89, además que estabas comiendo dulces, aunque estabas separando los caramelos que sabías que le gustaban a Michael para dárselos en cuanto el llegara.

Pero en estos momentos estabas aburrida. Habías terminado de trabajar hace una hora. Porque si, trabajas desde casa, quién lo diría, una joven de veintitrés años que lo que menos quiere hacer es estar fuera de casa y solo permanecer en la seguridad de su hogar.

A Michael le gustaba eso, podía tenerte más tiempo, y se enojaba y se ponía de mal humor cuando tenías que salir de la casa, y es mejor que lo crean, ya que tener un asesino serial enojado en cada no es una buena idea.

Pero retomando en lo que estábamos, ignorabas a los niños que venían a tocar la puerta, pero como nadie contestaba solo se iban, mejor para ti, no tendrías que ver sus rostro y fingir felicidad cuando lo único que querías era que se fueran por la ansiedad que te generaba el contacto humano.

Pero llegó un momento donde empezaron a tocar la puerta de una forma insistente que parecían como si fueran a derribar la puerta.

Era claro, no era Michael, el entraba por la puerta trasera que siempre se quedaba abierta para el.

Suspiraste maldiciendo a aquel que interrumpía en tu preciado descanso de contacto humano, levantandote del sofá con claramente pocas ganas de atender a quien sea que estaba del otro lado de la puerta, siendo prueba de ello tus pantuflas que se arrastraban por el suelo. De mala gana te acercaste al ojo espía para ver la cara de aquel que osaba a levantarte del sofá. Y era tu ex. Genial.

Michael Myers One-Shot's| HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora