Capítulo 2

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Desperté de golpe, con el cuerpo cubierto de sudor y el corazón latiendo con fuerza en mi pecho; llevo ya varias semanas soñando lo mismo una y otra vez. Camino por un túnel oscuro, una voz dice mi nombre y yo trato de llegar hasta él, pero cuando logró alcanzarlo, solo distingo los ojos color verde esmeralda más hermosos que jamás haya visto, su calidez me envuelve, hasta que una mano me toma por el brazo y me separa de él.

No sé cómo describir la angustia que siento cada día al despertar, es como si me quitaran una parte de mí y todo se enfriara. Trato de respirar y tranquilizarme mientras observo que la luz de la mañana empieza a colarse por las rendijas de las cortinas, y me recuesto un momento esperando que comience el día ya que no podré volver a dormir.

Hoy será un día agitado; los Bridgerton, recién llegados a la ciudad, harán un baile para presentarse ante la sociedad. Hacía un par de semanas, conocí a Eloise, una de las hermanas, quien me platicó que ella y su esposo habían llegado antes y se encontraban en espera de que el resto de la familia se les uniera pronto.

No sabía a qué se debía, pero tanto Eloise como Phillip eran increíblemente hermosos, había algo en ellos que atraía a las personas. Excepto a Cressida; por alguna razón (que me alegraba) Eloise había puesto un límite entre ellas, y me defendió un par de veces de los comentarios mal intencionado que ella me hacía. Después llegaron Kate y Anthony, quienes también me brindaron su amistad.

No entendía por qué Cressida me odiaba, nunca hice nada para ofenderla, y hubiera sido terrible de no ser por Eloise, que se convirtió en mi mejor amiga y protectora. Al crecer en una familia donde a mi madre no le importaba y con unas hermanas que solo me criticaban, tenerla me daba esperanza.

Una vez que el sol salió, mi doncella tocó a la puerta de mi habitación y esa fue la señal para comenzar el día. Me vestí y me reuní con mi familia para desayunar, más tarde fui de compras, y al volver a casa, seguí con la lectura de mi novela hasta que llegó la hora de comenzar a prepararme para la noche.

Esta era ya mi tercer temporada y no había recibido ninguna propuesta de matrimonio; sabía que no era consideraba bonita o atractiva, que no poseía la belleza convencional y que probablemente nunca encontraría a alguien que me quisiera, así que me conformaba con ver a las parejas bailar desde algún rincón del salón.

Aunque todos los bailes eran iguales, de alguna forma éste se sentía distinto, estaba emocionada por conocer a la familia de Eloise, había algo en el aire que me decía que esta noche todo cambiaría.



-¡Colin!-

Escuché a Eloise antes de poder atraparla en mis brazos; de todos mis hermanos, ella y yo teníamos un vínculo más fuerte.

-Eloise- le di un fuerte abrazo, la había extrañado mucho, pero no se lo diría o se pondría engreída.

-Me alegra que hayas llegado, ya todos están aquí, solo faltabas tú. ¿Dónde estabas?

-Tenía que visitar un lugar.

-Pero...

-Eloise, deja en paz a Colin, acaba de llegar- Anthony me salvó del interrogatorio- Hermano, ¿Cómo estás?

Podría parecer extraño, pero de verdad nos veíamos como una familia; a través de los años ellos me ayudaron a lidiar con mi dolor, me impulsaron a viajar, algunas veces me acompañaron, e incluso la matriarca, Violet, la mujer más amable que he conocido, me trató como si fuera su propio hijo.

-Contento de estar con ustedes.

Sonreí mientras mis hermanos se acercaban, abrazos y bienvenidas llenaron la estancia, éramos una familia real, no tenía duda de ello.

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