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Nana responde de forma positiva a las muestras de afecto también, demuestra que ser tratada como a una niña le gusta, no ha tenido miedo de mí.

Se ha levantado a mitad de la noche para que las demás Alters no le prohíban el acceso al cuerpo, aunque sabe que es indebido e iba a castigarse, lastimándose con cortes.

Sana suspiró de forma temblorosa, habían pasado varias horas de aquel encuentro con Nana, pero no podía sacársela de la cabeza, no dejaba de pensar una y otra vez que quizás de no ser por ella, y el que haya ido a buscarla, ahora Nayeon andaría escondiendo sus muñecas con cortes.

Y la idea de Nayeon lastimada no le gustaba ni un poco, las náuseas invadían su estómago y le daban ganas de llorar.

"Nana es quien recuerda los mayores traumas y quién los vivió en el pasado, supongo que por su actitud recibía castigos por cualquier cosa que hiciera, de allí su miedo a todo y el pensamiento de que merece un castigo, como nadie va a hacerlo lo hace ella misma en conductas autodestructivas.

Es una perseguidora, pero tengo esperanzas de que pueda superar sus recuerdos, ha conectado conmigo y demuestra que es capaz de hacer más que solo pensar en lo malo.

No sale mucho, pero trataré de ayudarla cada vez que la vea."

Cerró el cuaderno y volvió a guardarlo en su lugar secreto.

Nayeon aún estaba en clases, le quedaba alrededor de una hora, ella estaba libre porque su profesor estaba enfermo, decidió consentir un poco a la chica y fue hasta la pastelería para comprar cupcakes de chocolate que tanto le gustaban.

Al regresar preparó su café y dejó agua caliente para cuando Nayeon regresara, al rato la castaña entró en silencio y con la mirada baja.

ㅡNay, te traje tus cupcakes favoritos ㅡanunció Sana mirando su celular.

ㅡGracias ㅡmurmuró la mayor luego de un momento de silencio.

Sana alzó su vista hacia ella, de inmediato se preocupó al ver su rostro, levantándose de la silla y yendo hacia ella.

ㅡDios, Nayeon, ¿Qué te pasó?

ㅡNo es nada ㅡdijo, aunque Sana no podía ignorar su ojo morado y su labio hinchado de un lado, por un golpe.

ㅡ¿Cómo que no es nada? ¿Quién fue?

ㅡNo es nada, no importa ㅡrepitió, parpadeó rápido para apartar sus lágrimas.

ㅡNayeon...

ㅡSana, déjame ㅡla castaña se apartó, huyendo del abrazo que la menor intentó darle—. No es nada importante, enserio, IM es una idiota que cree que puede pelear contra todo imbécil que diga algo malo de mí ㅡse encogió de hombros, pero no sonó nada convincenteㅡ. Es todo.

Sana la miró sin decir nada, pero sintiéndose mal, Nayeon borró sus lágrimas y tomó un cupcake, se volteó al rincón de la cocina para prepararse un té, dándole la espalda a su compañera de habitación.

La menor no podía dejar todo así e ignorarlo, y luego de pensarlo un momento, fue hacia ella y la abrazó por la espalda, rodeando su fina cintura con sus brazos.

ㅡSana, enserio te voy a pedir que te alejes porque no quiero tu lástima ㅡdijo Nayeon, con su voz endurecida para evitar el llanto.

ㅡNay, deja de hacerte la difícil.

ㅡTú deja de sentirte mal por mí, estoy bien.

ㅡ¿Quién te dijo que me siento mal por ti?ㅡ cuestionó la menorㅡ. El que no me guste que estés herida no significa que sienta pena.

The Alters || SanayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora