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ㅡ¿Sana?

La castaña miró al cuarto, no lo reconoció en un principio porque habían cambiado el orden de las camas y de los muebles, se asustó y su mano fue hacia la menor, que dormía a su lado, para despertarla.

Desde la ventana del dormitorio se podía ver una luz fría que venía del exterior, y se concentró en mirarla para no pensar en la oscuridad.

ㅡSana, Sana... ㅡmiró al cuerpo que dormía junto a ella, podía reconocer sus rasgos en la penumbra.

Escuchó un murmullo, y la menor abrazó su cintura entre sueños, Nana sintió unas cosquillas en su estómago, y algo de miedo, no le gustaba mucho el contacto físico, se apartó lentamente.

ㅡ¿Nay? ㅡpreguntó Sana, media dormida, entreabrió sus ojos para ver a la castaña, que temblaba ligeramente e intentaba salir de la cama sin que la descubranㅡ. Hey, ¿a dónde vas?

Sana se incorporó para estirarse y tomar su mano, notó el temblor que recorrió su cuerpo con el contacto.

ㅡ¿Nana?

La castaña asintió, sus ojitos la miraron con un poco menos de miedo que la última vez.

ㅡTranquila, iré a encender la luz, quédate aquí.

Se levantó, dejando a la mayor en la cama, estaba echa una bolita muy cerca del borde, cuando la habitación se iluminó Nana suspiró con tranquilidad y dejó de temblar.

Regresó a la cama y volvió a tomar las manos de la otra, viendo cómo se pellizcaba con fuerza sus brazos, aunque no pareciera que lo hiciera a propósito.

ㅡYa no debes lastimarte así, Nana, ya nadie te va a hacer daño, no tienes que hacerlo tú ㅡdejó mimos en sus manitosㅡ. Soy tu amiga, estaré siempre contigo, no hay por qué lastimarse, ¿Si?

Nana asintió, no dijo nada, sus grandes ojitos la miraban llenos de brillos.

ㅡ¿Tienes miedo? ㅡpreguntó Sana, luego de verla más tranquila, Nana negó.

ㅡ¿Por qué están las camas juntas? ㅡpreguntó, cambiando de tema.

ㅡPorque con Nayeon somos muy buenas amigas, y dormimos juntas.

ㅡYo soy tu amiga... ¿Yo soy Nayeon?

ㅡTú eres Nana  ㅡcorrigió Sanaㅡ. Y yo soy tu amiga también, no importa quien seas.

Era normal que los Alters se hicieran pasar por el anfitrión, pero ya no tenía sentido que fingieran serlo, menos con Sana, que las conocía.

La castaña asintió, dándole la razón, sonrió un poco.

ㅡ¿Qué haces despierta, Nana?

ㅡYo... Quería ver a mi amiga Sana.

ㅡPues aquí estoy ㅡdijo, muriendo de ternura por dentroㅡ ¿Qué quieres hacer? Podemos jugar con nuestro otro amigo, Conejin, o podríamos comer unos cupcakes de chocolate ㅡ Nana comenzó a asentir, emocionada, Sana no pudo evitar sonreír.

ㅡVamos, pequeña Nana.

Sostuvo sus manos para ir a la cocina, la dejó sentada en una de las dos sillas de la pequeña mesa que formaba el comedor, y buscó en la bolsa de la panadería el último cupcake, que había sobrado del día anterior.

Nana lo comió con gusto y una pequeña sonrisa en sus labios, iba por la mitad cuando se dió cuenta que Sana no tenía ningún cupcake, y sin dudar un segundo le ofreció lo que quedaba.

Sana estaba más que sorprendida por el gesto, sonrió muriendo un poco de amor, negó.

ㅡNo, Nana, es un regalo para ti, es todo tuyo.

The Alters || SanayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora