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IM estaba muy enojada, se alejó de la universidad lo más que pudo, llevándolas lejos.

ㅡNo trajiste abrigo suficiente, nos vamos a enfermar ㅡmasculló.

"No volveré allí..." Dijo Nayeon". Ni siquiera a buscar un abrigo más, no pienso volver a verla".

Sintió a Nayeon llorar, su tristeza continuaba invadiendo el cuerpo, dándole una sensación de vacío en su pecho.

Les costaba controlar los cambios cuando alguno de los Alters tenía una emoción muy fuerte, simplemente querían sacar sus sentimientos al exterior, y para eso necesitaban el cuerpo.

Se esforzó por llevarlas a un lugar que considerara seguro, pero se le hacía difícil controlar la sensación del cambio de mando, comenzaba a marearse, no pudo ir muy lejos, llegaron a un parque algo familiar, ya habían estado allí antes, era la tarde y comenzaba a oscurecer de a poco, no había mucha gente, IM se sentó en un banco para poder llorar en paz, sintiendo el mundo dar vueltas, y estando completamente solas.

Nayeon volvió a tener el control, y lloró un rato largo.

Cuando pudo calmarse un poco, volvió a tomar el cuaderno de Sana, y volvió a abrirlo, pasando por las páginas.

Encontró que Sana había escrito cada encuentro que había tenido con los otros Alters, descubrió que el peluche de conejo no era un regalo, sino que era intencional para que Yeowo apareciera.

Eso hizo enfurecer aún más a IM, porque ella era la cuidadora de todas, y especialmente de la pequeña.

Todo parecía revelar una traición tras otra.

Intentó aguantar el llanto mientras seguía descubriendo, página por página, todo lo que necesitaba saber, necesitaba ver por sí misma que todo el cariño, toda la relación que había tenido con Sana, era una mentira.

ㅡNayeon es muy linda ㅡleyó, estaba al final de una de las páginas, como una nota extra, buscó del otro lado a ver si aquello seguía, pero era solo eso.

Era lo que siempre le decía, que era linda, que era hermosa.

Vió como Sana comenzó a escribir sus encuentros en forma de anécdota, como si de verdad fuera un diario.

ㅡA-a Nana le gusta mucho el chocolate, compré unos cuantos para ella... Es muy tierna.

Otra nota, otra nota bonita, sin más, sin continuación, se quedaba sentada allí, temblando del frío helado del invierno, viendo unas palabras bonitas escritas en una letra bonita.

Llegó de nuevo a la página donde Sana contaba lo que le había confesado, su máximo secreto, sus traumas y dolencias de una infancia destruida.

ㅡNayeon me ha revelado su pasado, y el por qué de la existencia de Nana, Yeowo, Nabongs, IM y ella... Todas nacieron por una injusticia, y no tienen la culpa de vivir algo como e-eso.

Al voltear la página vio todo tachado, con rayas hechas con la lapicera negra que había usado para escribir todo el cuaderno, tanto que no se podía distinguir nada de lo que decía.

Al final, había una nota.

ㅡSu pasado no les incumbe a nadie... Ni siquiera a m-mi... La confianza se quedará conmigo, y esa historia también... No importa lo que el s-señor Park insista con esto... Dejen a Nayeon y a las demás en paz...

Sintió las lágrimas en sus mejillas, estas dolían porque el frío hacia que todo doliera un poco más, temblaba de forma furiosa.

Se limpió el rostro de nuevo para ver la nota que continuaba.

ㅡL-las amo... Más que a n-nada en el mundo ㅡsu voz se fue apagando conforme el llanto volvía a surgir.

Sana no había hecho nada, había cambiado tanto desde el comienzo hasta el final, se notaba en todo lo que escribía, en sus palabras.

"Pero eso no quita que haya empezado a llevarse con nosotras por un trabajo de investigación, quería estudiarnos igual."

Nayeon negó, no podía ser.

En la siguiente página tuvo la respuesta que tanto necesitaba.

ㅡE-El señor Park insistió tanto en mí para hacer esto... Que no pude pensar claro en qué me estaba metiendo, sabía que estaba mal desde el principio... No quiero seguir este proyecto, cambie mucho de opinión... Y-y voy a abandonar este cuaderno...

Sonrió un poco, su corazón se sintió algo mejor, se sintió algo mareada, ya no sentía frío, pero sólo sabía que Sana no había hecho algo malo.

Ella había sido mala.

Recordaba cómo no la había dejado explicarse, le había dicho que era una persona horrible, que se alejara, que no las molestara nunca más...

Había sido cruel, lo había arruinado todo.

-E-es la única persona que no se aleja de mí... Que no me rechaza porque sí y y-yo... Yo la aleje -murmuró, sintiendo la culpa en su interior, tenía náuseas, la presión en su pecho no la dejaba respirar, vió al mundo oscurecerse, preguntándose cuando se había hecho de noche, o cuando había comenzado a nevar.

Sentía frío, mucho frío.

De pronto sólo pudo pensar en regresar con Sana y rogarle que la perdonara, en disculparse, pero no pudo siquiera ponerse de pie.

Sus párpados se hicieron pesados y sintió su cuerpo caer sobre la banca, aún con su última mirada del mundo estaba sola, perdida, y su último pensamiento fue que Sana no la buscaría.

The Alters || SanayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora