▋⌕ HOUSE OF THE DRAGON FANFICTION ˚ . 🐉⚔️ MALE OC X DAEMON TARGARYEN
❛❛ Para obtener los siete reinos, Aegon el conquistador nunca estuvo solo. Siempre a capa y espada, vuelo y fuego, como humano y como hombre: DRACARYS. El primer dragon existente...
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━━━━ Mi príncipe ━━━━ habló casi como un susurro, perdiéndose en el alto techo de sus aposentos, cuando cayó en la cama boca arriba. Las sábanas eran de seda y parecía que se iba a hundir en ellas, eran rojas como la sangre y algo resbaladizas. Su sonrojo, era demasiado notorio, uno de los inconvenientes de tener una piel sumamente clara. Daemon lo miró desde arriba, su sonrisa, lo asustó por un momento, le causó esa sensación de suspenso que nadie nunca le había causado, pero también le provocó algo más: deseo.
Aun el príncipe viéndolo a los ojos, sin despegar su mirada de él tan solo un segundo, comenzó a desnudarse. Daemon Targaryen se sacó el saco, cayendo este al suelo. Desabrochó cuidadosamente sus botas, dejándolas desparramadas, se sacó la camisa, dejando su formado torso afuera a la luz de la chimenea, y sus fuertes brazos a la vista. Dracarys soltó un suspiro, ansiedad, podía sentirla tan fuerte como su corazón latiendo con fuerza: "pum-pum". Cada vez más protestando la cercanía de su cuerpo.
El príncipe no se sacó el pantalón, Dracarys , con la espalda contra las almohadas, observó como Daemon entraba en cama, apoyándose sobre el, quitándole el pantalón con rapidez, y luego aplastándolo con todo su peso, aun viéndolo tan silenciosamente con anhelo. Le empezó a besar los labios, con delicadeza, tomando una de sus manos y entrelazando sus dedos, en un acto tan cercano como nadie nunca lo había tocado, y aun así su cuerpo temblaba, tan ansiosamente esperando no sufrir. Entonces el príncipe se apartó ligeramente por un momento, viéndolo a los ojos, acariciando con su dedo pulgar de su mano libre su mejilla, ━━━━ No tengas miedo ━━━━ mencionó, ━━━━ no voy a lastimarte, Carys.
Dracarys apretó los cabellos platinados de Daemon Targaryen, tomándolo de arriba de la cabeza. La lengua del príncipe se introdujo en su boca, danzaba en su cavidad bucal con una agilidad gloriosa, mientras Dracarys intentaba seguirle el ritmo. Era curioso porque, al ser un dragón, nunca tenía frío ni calor. Pero ahora su cuerpo hervía como volcán de lava ardiente. Con su mano libre que apoyaba sobre la cama, Daemon comenzó a bajar con suavidad, su mano por el cuerpo del pelinegro. Primero acaricio su cuello, aprovechando la ubicación, abriendo el pliegue de su camisa atada por los cordones blancos, dejando el pecho descubierto. Si boca se separó de la suya, pero bajó sus finos labios a su cuello.
Su mano siguió bajando, lentamente por su delgado brazo hasta llegar a su cintura. La cual tomó, intercambiando de posiciones: daemon se sentó, apoyando la espalda en las almohadas, y Dracarys quedó arriba, sobre él. Y acomodo sus muslos, uno alrededor de cada pierna. Dracarys gimió cuando ese rápido y caliente intercambio de posiciones funcionó sin escrúpulos del príncipe. Daemon sonrió, aun en su cuello al escucharlo, lamiéndolo de tal forma escandalosa, bajando hasta sus clavículas, finas y huesudas, comenzó a morder y absorber dejando chupetones.
