Dulce o Truco

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La niebla en las calles estaba haciendo que todo a su alrededor se viera más aterrador que de costumbre,el frío viento movía las hojas de los árboles y la luz de la luna alumbraba los lugares que no recibían luz,los gatos maullaban y los ladridos ...

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La niebla en las calles estaba haciendo que todo a su alrededor se viera más aterrador que de costumbre,el frío viento movía las hojas de los árboles y la luz de la luna alumbraba los lugares que no recibían luz,los gatos maullaban y los ladridos de algunos perros ponían los pelos de punta de cualquiera que fuera solo por esos lugares,pero eso no detuvo a tres pequeños traviesos que se encontraban parados a las afueras del cementerio, dos de ellos no estaban seguros del plan de su amigo pero el estaba aferrado.

–Am To-Toshio mi mamá no me deja estar en cementerios a altas horas de la noche

–S-si la mía tampoco porque mejor no regresamos mañana y...

–Cobardes —Los dos pequeños dieron un brinquito— solo veremos si nuestros amigos espectros están despiertos o no

El pequeño sin temor acomodo su máscara y entro dentro de aquel campo santo, los otros dos se miran entre si y ante el aullido de unos de los perros corrieron con temor dentro del lugar para así alcanzar a su amigo.

Todo en aquel lugar era más silencioso que afuera, no había ni una sola luz, lo único que lo iluminaba era la luna, la cual no alumbraba todo con su totalidad, los tres pequeños caminaban entre las tumbas mientras los únicos dos más asustados miraban a todos lados al esuchar cualquier mínimo ruido.

–Bien Toshio ya vinimos asta aquí po-podemos irnos?

–Son unas gallinas,miren, aquí no hay nada —Dijo algo molesto y decepcionado dejando su costalito de dulces en el suelo— esos vídeos de terror mienten los moustros no existen

El crugir de unas ramas hicieron que uno de los pequeños mirara hacia asta el fondo del cementerio donde se encontraba un gran árbol, un escalofrío recorrió su cuerpo al ver un par de brillosos ojos rojos.

Su corazón comenzó a latir rápidamente mientras su cuerpo temblaba, un nudo se formó en su garganta y unas inmensas ganas de llorar lo invadieron al ver que esos ojos desaparecían.

–Ah? Que te pasa Asahi?

El pequeño no podía dejar de temblar, sus amigos no entendían que le pasaba, el rostro de aquel pequeño se había puesto más pálido al momento en que ellos vieron que el lugar donde estaban se había oscurecido y una sombra grande se formaba en el suelo, lentamente los dos amigos se giraron aver que pasaba y su semblante se volvió el mismo que el de su amigo.

Sobre aquella lápida y cubriendo la luz de la luna se encontraba un hombre de cabellos rubios cenizo, sus ojos rojizos no se apartaban de ninguno de los niños que había pisado su propiedad, lentamente movió su cabeza haciando que su cuello tronara alarmando a los menores.

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