Nunca creí en el amor, ni a primera vista, ni enamoramientos.
Pensaba que eran puras mentiras y que solo eran falsos sentimientos.
Todos de alguna manera lo disfrutaban , menos yo.
Mi primer amor, me rompió el corazón. Realmente pensé que ella era la que más me quería, aparte de mi familia y que era única.
Ella era mi todo y se suponía que yo era "el todo"para ella. Pero descubrí que no era así.
Ella durante todo ese maldito tiempo se acostó con otro y se besuqueaban de noche.
Los descubrí un día en la cama de mi novia. No se dio cuenta que estaba allí.
Desde ahí, simplemente me alejé y ella varias veces se me acercó y hasta me besó en una ocasión, por lo que le dí un merecido puñetazo en la cara, que le hizo que su asquerosa nariz sangrara.
Me mudé y me alejé tanto de mis padres como de ella.
Sabía que mis padres no tenían la culpa, pero era necesario.
Pero ahora cuando salgo del trabajo que queda en la librería, solo miro fijamente a la persona en la calle que cambió mi ser.
La chica con los ojos color miel.
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Color miel ©
Teen FictionPatrick ya no sabe qué hacer. Se deprime y se confunde sobre su sexualidad. Ya ha tenido unas relaciones pero no han salido del todo bien. ¿Será qué cuando un hombre toca a su puerta el amor llegará? ¿No es así?