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Estaba en un desierto devastado, triste, perdido, confundido y sin saber a dónde ir, a los lejos vi a un hombre, pensé que era una alucinación pero no, era cien por ciento real, me acerque y le dije que si estaba bien, el hombre contesto- Si pero he estado perdido durante dos días y le conteste, yo igual estoy perdido comenzamos a caminar durante horas y días sin decir una sola palabra, no sé cuánto tiempo pasó pero, supongo como tres días llegamos a una ciudad, corrimos a la cantina más cercana y pedimos unos tragos y por primera vez tuvimos una plática de verdad  nos preguntamos nuestros nombres, cosas básicas pero no tocamos el tema de cómo nos perdimos en el desierto, su nombre era Carlo. Salimos de la cantina y no hospedamos en un hotel, pasamos la noche ahí, era bueno dormir en una cama después de mucho tiempo, al día siguiente salimos del hotel y no sabíamos que hacer pensamos en conseguir trabajo y seguir alquilando el cuarto del hotel era la mejor opción, comenzamos a buscar trabajo, primero preguntamos en una vulcanizadora pero no tuvimos suerte, seguimos así todo el día pero no encontramos algún trabajo. Decepcionados pensábamos en donde dormir porque ya no teníamos más dinero para pagar otra noche en el hotel, caminando llegamos a un callejón parecía seguro, nos acostamos en el suelo y nos dormimos, me desperté por que escuche pasos y voces; desperté a Carlos y vimos como un grupo de personas estaban negociando, no sabíamos de  qué se trataba, pero parecía alguna pandilla o un cartel.


Carlos se asustó, dio tres pasos hacia atrás y tiro un montón de cajas sin querer, obviamente  hicieron mucho ruido, alertando al grupo de hombres que rápidamente nos escubrieron, sacaron sus armas.

Yo muy asustado pensé, que hacer y le dije a Carlos, -A la cuenta de tres corremos- y corrimos lo más rápido que pudimos, mientras que ellos son perseguían y disparaban llegamos a un callejón sin salida, nos detuvimos y pensamos que era nuestro fin, el grupo de hombres llegaron y cuando estaban a punto de disparar uno de ellos dijo- no hay que matarlos son pueden servir como carnada, su compañero contesto -¿para que?-  Contesto- como carnada para la entrega del miércoles en el puerto--buena idea amárrenlos y métanlos a la camioneta- contestó.

Nosotros aterrados, gritábamos y suplicábamos, que nos dejaran libres, nuestros gritos seguramente se escuchaban varios metros a la redonda, eso disgusto a los mafiosos, que nos golpearon hasta desmayarnos.

Despertamos en una habitación, no sabíamos dónde estábamos, después de un buen rato, 3 hombres entraron a la habitación, para informarnos lo que haríamos, ellos nos llevarían a un puerto a negociar, con sus enemigos, nos indicaron q se negarías a hablar con nosotros, por lo cual se retirarían rápido, la orden fue que  al momento en que intentaran retirarse, nosotros sacaríamos nuestras armas y les dispararíamos.

Era un plan aterrador y nos negamos a hacer lo que nos pedían. Pero no estábamos en condiciones de negarnos, así que comenzaron a golpearnos, los golpes eran desgarradores, nos patearon la cabeza, las costillas y todo el cuerpo, solo pudimos hacernos “bolita” en un intento por protegernos, después de algunos largos minutos son dejaron y se fueron, después de todo servíamos más como carnada y solo querían obligarnos a cooperar con ellos

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