Capítulo 1 - ¿Gustosa de ser artista?

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      — Quiero ser idol — hablé de repente, con un enorme nudo en la garganta y una gota de sudor frío deslizándose por mi rostro.

Una noche a principios de diciembre en 2014 la familia se encontraba repartida alrededor de la bella mesa color ocre mientras degustábamos en silencio los apetitosos platos de sashimi y tatamiiwashi en celebración a la nueva tienda de mi padre.

— ¿Qué tal las clases, Kairi? — dijo él sin mirarme a los ojos.
— ¿Cuál de todas, papá? — tampoco levanté la mirada.
— Pues todas hija, todas, tu mamá me dijo que ya no quieres seguir con danza urbana ¿por qué?
— Papá, paso todo el día de una escuela a otra, desde danza acrobática y danza urbana hasta modelaje y actuación sin contar los estudios generales, estoy por salir de secundaria, no puedo con todas las responsabilidades al mismo tiempo.
— Tienes talento niña, lo hago por ti, para que sepas hacer algo. No seas mal agradecida, invierto mucho dinero en esas clases.
— No, papá, no tengo talento. No tenía talento a los 3 años cuando fui a mi primera clase de danza y no tengo talento ahora, he pasado toda mi vida entrenando por TÚ capricho, por eso soy buena, porque me maté trabajando para ser lo que soy — con apenas 14 años tuve el valor suficiente para azotar los palillos con furia contra la mesa y replicar a voz demandante encarando a mi padre.
— Niña, no vuelvas a hablarme de esa manera JAMÁS ¿entendiste? — replicó el acto, causando un sobresalto en mi madre y hermano menor, quienes se encontraban con la cabeza gacha aun intentando tragar su comida.
— Lo siento... Lo siento — dije con delicadeza y solté el puño que estaba apretando con fuerza al punto de que mis uñas dejaron marca sobre la palma de mi mano — Yo solo... Estoy un poco cansada y la danza urbana ya no me motiva, quiero tomar un descanso, por favor, solo es una clase.
— Bien, de acuerdo, termina de comer — tomó sus palillos de nuevo y puso un bocado en su boca.

Los cuidados de mi madre, el dinero, y en general el estilo de vida que llevé desde que nací me convirtieron en una chica con personalidad desinteresada. Y aunque mi paciencia se agotaba con facilidad no era común que expresara mi molestia, en mi casa no existían los gritos cuando no se trataba de mí y mi padre, el único que tenía el don natural de sacarme de mis casillas con solo una oración.

No peleábamos mucho, tampoco hablábamos mucho. Ninguno de nosotros tenía la dicha de pasar mucho tiempo en casa, a veces me parecía un desperdicio que la lujosa residencia se quedara vacía durante casi todo el día. Otras veces, como esta, cuando el ambiente se mantenía incómodo después de alguna discusión, prefería pasar mi tiempo en la escuela, donde era alguien bastante popular a pesar de no ser muy habladora.

La mayoría de veces ocurrían cosas que me hacían soltar alguna carcajada o distraer mi mente en cosas de niños antes de tener que meterme de lleno en otras clases. Una de esas ocasiones fue esa mañana de lunes cuando una de mis amigas no tan cercanas, de esas que solo son amigas dentro del horario escolar pero nunca han pensado en la opción de salir a comer juntas o algo así, me presentó algo que cambiaría mi realidad en poco tiempo.

— ¡Hitoshi! Eres bailarina ¿verdad?
— Hola, Natsumi, algo así ¿por qué? — Sí, era bailarina, y esa era quizá la única razón por la que era popular en la escuela. Mi academia había pasado por muchas escuelas para presentarse, incluida la mía, así que ni siquiera sé por qué me molesté en alargar la respuesta.
— Genial, tengo una propuesta para ti. Dos amigas y yo participaremos en un concurso de baile pero nos falta una integrante, ¿te apuntas?
— Específicamente, ¿qué tengo que bailar?
— Bueno, aparte de bailar tienes que... Cantar. ¡No importa si no lo haces bien! Es solo por diversión ¿aceptas?
— Esta bien, puedo cantar y bailar pero quiero conocer la canción, la coreografía, todo eso.
— Bien, Bien. Mira — Natsumi sacó el teléfono de su bolsillo y reprodujo un video en YouTube — Ella es de quien tendrías que copiar el baile y sus partes de la canción — señaló a una de las cuatro chicas que se encontraban en el video — Se llama Frey, bonita ¿no?
— Sí. La canción está en coreano ¿sabes Coreano?
— No, pero tú sí y puedes ayudarnos con la pronunciación ¿qué dices?
— He de aceptar que me gustó bastante la canción, y también la coreografía, participaré con ustedes.
— ¡Genial! — hizo ruidos extraños pero que detonaban alegría y saltó a darme un abrazo — La competencia es este sábado, nos reuniremos a ensayar todos los días después de la escuela.
— Bien, por cierto ¿Quiénes son ellas? — Señalé el teléfono que aún mostraba la imagen de las mujeres que me presentó Natsumi.
— Es un grupo de kpop llamado Pristeen, la canción se llama U don't know me.
— Kpop, no había escuchado hablar de eso pero suena interesante, ¿puedes mostrarme más canciones de ese tipo?
— ¿No habías escuchado de eso? ¿¡Es que vives bajo una piedra!? Sería un honor enseñarte, te haré una playlist con canciones que podrían gustarte en forma de agradecimiento por participar con nosotras.
— Estupendo, gracias.
— ¡Bien! Tengo que ir a mi aula, nos vemos en la salida para ponernos de acuerdo con las demás y, gracias nuevamente — se despidió agitando su mano alegremente de un lado a otro y salió del aula dando pequeños brincos.

ODOMM: At least I'm not a fake (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora