La noche del reto

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Capítulo 1 "La noche del reto"

- Muy bien ¿Estás lista? – pregunta la mujer frente a mí. Tiene el cabello corto color rojo sangre, pero puedo notar por el notable crecimiento de su raíz que su cabello es originalmente castaño oscuro. Se ha maquillado los ojos con un delineado en forma de alas de murciélago tan grueso y tan exagerado que casi le llega a los pómulos, aunque no sé qué es lo que llama más la atención, si eso o los innumerables piercings en su rostro. Sus pechos quedan a la altura de mis ojos por lo que puedo notar (aún a través de su blusa) que también tiene los pezones perforados.

Trago saliva. Necesito más alcohol, el que estaba en mi sistema no era suficiente para darme valentía.

Quiero decir que no, que no estoy lista. Porque claramente no lo estoy, preferiría irme a mi casa a pelear con mi madre por cualquier insignificancia como siempre a estar aquí, pero mi orgullo me impide moverme.

Levanto ligeramente la cabeza y miro a la persona detrás de la "mujer piercing", él está de pie, recargado de manera relajada en la pared con los brazos cruzados. Me mira como si supiera exactamente lo que estoy pensando.

- Sabes que no tienes por qué hacerlo – es lo único que dice. Yo suspiro antes de contestarle.

- Sí tengo, los demás ya cumplieron, TÚ ya cumpliste – Señalo su cabeza rapada, él resopla y sonríe de lado.

- Sí, pero el cabello crece – responde e instintivamente se pasa una mano por su cabeza. Aparentaba desinterés, pero yo sabía que le iba a costar adaptarse a su nueva apariencia, sobre todo porque se ponía más productos para cuidado del cabello que yo – Y esto es muy arriesgado para ti, tu madre podría echarte de la casa solo por esto y lo sabes ¿O ya olvidaste que casi lo hizo cuando te hiciste los mechones de colores en el cabello?.

Antes de que pueda responderle, un loco cabello rizado caoba claro se asoma por la puerta de la habitación.

- Hey, no escucho lloriqueos ¿aún no lo hacen? – pregunta Marcos mientras me busca con la mirada, cuando me encuentra resopla y se mete por completo a la habitación. Mi mirada cae en la botella medio vacía de vodka que lleva entre las manos. Él, aunque está medio tomado y feliz se da cuenta, así que me sonríe y me tiende la botella. – Sabía que ibas a necesitar valor líquido.

- Oh, cállate Marcos, tú te hiciste el tatuaje más pequeño del mundo por miedo al dolor, así que no digas nada – respondo tomando la botella y empinándomela. Evan, el chico rapado y uno de mis mejores amigos me quita la botella antes de que me la termine.

- Ya fue suficiente, As – se limita a decir cuando le doy una mala mirada.

- No lo va a hacer ni con todo el alcohol del mundo – comenta Marcos, quien me mira divertido. Sabe que esa clase de provocaciones siempre funcionan conmigo, él fue quien me puso el reto en primer lugar. Evan le da una mala cara y una idea llega a mi mente.

- Si lo hago ¿te tatúas el resto de mi nombre? – le pregunto, lo veo flaquear y antes de que se niegue, digo las palabras mágicas - ¿o te da miedo? ­– Así es ricitos, yo también sé muy bien qué botones oprimir.

La mujer piercing espera con cara impaciente, se ha hecho a un lado para dejarnos platicar y como no hay más clientes afuera, no nos apresura, pero por su expresión tiene muchas ganas de hacerlo.

- Bueno pero eso te costará otra perforación – responde Marcos finalmente.

- Ah no, tu no cumpliste al 100 por ciento con mi reto, así que si yo me hago esto, tú lo completas, sino me iré a casa sin piercing pero tú aún tendrás mi inicial en tu muñeca, además de que siempre te recordaré el mal perdedor que eres.

Quieren volverme locaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora