El sabor de la libertad

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Capítulo 2 "El sabor de la libertad"

Al día siguiente no me preocupé demasiado por sentirme triste, lo que hice en su lugar fue ir y darme de baja en la escuela e ir y llenar aplicaciones para la carrera de marketing.

Trabajo ya tenía, pues los chicos y yo tocábamos baladas en un restaurante de la zona tres días a la semana y nos pagaban bien, además de que competíamos en batallas de bandas (canciones de punk o rock, que era lo que nos gustaba tocar) en donde las mejores tres bandas se llevaban premios, incluyendo una buena suma de dinero, cupones, instrumentos, pases para conciertos, entre otras cosas y desde que me había unido a la banda como vocalista habíamos quedado en el top tres las dos batallas en las que participamos. Pronto se venía otra y planeábamos llegar a primer lugar.

El problema urgente a resolver era ¿dónde viviría? Porque necesitaba sacar mis últimas cosas de casa antes de que mamá las tirara a la basura o las done a la caridad. Sergio había dicho que podía quedarme en su casa el tiempo que quisiera, que tenía espacio de sobra, pero no estaba muy cómoda con eso.

En primera porque no confiaba en mi fuerza de voluntad si llegara ver a Sergio con una toalla a la cadera luego de que saliera de bañarse y en segunda por lo incómodo que sería convivir con Evan de ahora en adelante luego del incidente en el estudio de tatuajes.

La parte buena era que tenía el dinero que había sacado de mi cuenta durante meses y debo decir que iba a estar bien acomodada viviendo sola al menos los seis meses que restaban del año. Eso sin contar todos los muebles que tenía que comprar... a menos que rentara un apartamento ya amueblado, esa era una buena opción.

Comencé mi búsqueda en Facebook, me uní a varios grupos de rentas de departamentos de mi zona e inclusive a páginas de roomies, pues eso salía más barato. Mandé mensajes a unas cuantas personas sobre el departamento que rentaban y como me encontraba aburrida tomé mi guitarra y me salí de la casa de Sergio.

Si bien siempre había vivido bien acomodada, sin la necesidad de tener que subirme a un bus o buscar rebajas de algo como forma de vida, el tener una madre que te oprime y te obliga a seguir el camino que ella quiere para ti a veces te lleva a rebelarte y vagar por las calles para descubrir por ti misma cómo es el mundo exterior, de ahí es que había aprendido cómo y dónde buscar una opción más barata de lo que fuera.

Antes de entrar a la universidad, en uno de esos días en los que me encontraba molesta con mi madre decidí salirme de mi casa, solo yo sola con mi guitarra. Caminé por las calles en donde había crecido y que conocía de lejos y comencé a observar todo a mi alrededor. Observar era lo que más hacía, sobre todo cuando me encontraba en el auto de camino a casa. Nunca me dejaban bajarme y comprar algo en una tienda que me agradara, a menos que fuera una que a mamá le gustara.

Así que ese día fue como descubrir esas mismas calles por primera vez. Pude entrar a cualquier local que yo quisiera y comprar lo que yo quisiera. Los empleados eran amables y cada local era diferente, tenía distintos colores y distintos ambientes... Era como si me hubiera quedado sin un sentido y aquel día por fin pude recuperarlo y ¡por fin pude disfrutar aquello de lo que se me había privado toda mi vida!

Había terminado en el parque, caminando relajadamente mientras me comía un helado de un puesto andante ¡Era delicioso! Me sentía como una niña en juguetería.

Decidí sentarme en el borde de una gran fuente redonda mientras terminaba mi helado, mi guitarra colgaba en mi espalda y veía a las parejas jóvenes pasear y a los niños jugar en sus patines y bicicletas. Recuerdo que en aquel momento sentí tanta paz que un par de lágrimas brotaron de mis ojos... Nunca había sentido algo así, o al menos nunca lo sentía en casa, ni con mi madre, ni en mi escuela ni con mis abuelos. No recordaba prácticamente nada de mi padre, así que tampoco podía decir que con él había sentido paz, de igual manera lo dudaba.

Quieren volverme locaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora