¿Aceptas?

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¿ACEPTAS?

ATENEA

Odio las filas, odio que los bar se llenen—se queja Leah—

La habíamos pasado a buscar ya que tenía una cena con su novio por eso no fue a comer con nosotras.

—Todas amiga, todas—me quejo—

—Y como sabes quien es Alan?—me pregunta meg—

—Porque lo vi hoy en la clase de Martín—le digo—

Llegamos hasta la entrada pagándola y mostrando el documento para demostrar que somos mayores, al entrar lo primero que se escucha es música latina y mucho olor a todo.

—Por dios, que calor de infiernos hace acá adentro—nos grita adda ya que con la música era imposible hablar—Por suerte estamos muy perra y el calor ya está con nosotras

Caminamos hacia la barra con cristal y Leah, mientras las otras van en busca de una mesa, pedimos una mezcla de todo y nos ponemos en busca de las chicas, por suerte no están tan lejos porque con el mar de personas qué hay, está medio complicado pasar con los tragos, cuando llegamos a la mesa veo a Alan, sentado con las chicas, por
Suerte lo encontraron ya que ellas también compartieron clase con el, nos acercamos a la mesa y lo saludamos, la noche esta muy linda, los tragos van y vienen, por suerte congeniamos muy bien con Alan, tanto nosotras como Alec y Luka, en algún momento de la noche se sumaron a nosotros.

—Fuman?—nos pregunta alan—

—Cigarros? No—le contesta Alec mientras es un trago a su cerveza—

—NoNo, Porro—todos asentimos y el lo prende—

Seguimos fumando y tomando hasta que decidimos ir a bailar, la música es muy buena para nuestra suerte y no estamos en todos nuestros sentidos, vamos a la pista bailando y hacemos una ronda para que no quede ninguno afuera

—ANOCHE CON LOS TRAGOS ME PASE ME PASE Y EN VEZ DE SUPERARTE TE LLAMEEE—cantamos todos al unísono levantando las manos—

—Disimuladamente date vuelta, hay alguien que no deja de mirarte—me dice Luka a los gritos—

Me muerdo el labio, y cuando me estoy por girar siento la mano de Alan agarrar la mía para que bailemos, su cuerpo se acerca demasiado al mío, y es un muy buen bailarín, no vamos a negar eso, las chicas empiezan a gritar, porque yo no me quedo atrás bailando, es algo que me gusta hacer desde siempre y no lo hago nada mal, cuando dejamos de bailar me rio y chocamos los cincos, me doy vuelta y choco con un pecho haciendo que retroceda, pero sus manos son más rápidas y me agarran de la espalda baja.

Levanto la cabeza y me encuentro con la cara de Gian, pero no es la cara de siempre, hay algo diferente en el, sus dedos rozan mi espalda baja logrando que mi piel se erice, su lengua pasa por su labio y su diente muerde apenas.

—No creo que sea normal que verte bailar me haya calentado demasiado—me susurra después de acercar su cara a mi oído, para después darme un beso en el cachete, rodando la comisura de mis labios—

—Gian..—susurró levantando la vista a sus ojos—

—Ese es mi nombre, pero me gusta mucho más cuando lo decís entre Gemidos—me dice sonriendo de costado—

Los chicos siguen en lo suyo, bailando, pero Justo en este momento es lo que menos me importa.

Una de sus manos sube por mi espalda hasta llegar a mi nunca, haciendo que me de vuelta despacio, hasta quedar de espalda a el, apoyando todo mi cuerpo en el suyo, sus movimientos de cadera son suaves guiándome, sus dos manos van a mi abdomen apretándome más a él, la música sigue sonando y el me sigue llevando a la locura con sus roces, lentos,pero a la vez fuertes.

En Línea Recta (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora