Capítulo 2

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"Una peonía delicada para las toscas manos del jardinero."


-Un pequeño consejo, Kyuhyun- dijo Lee Donghae a su amigo, Cho Kyuhyun mientras sus caballos descansaban de una carrera que él había ganado. –Deja de esquivar así a las damas, lo único que ocasionas es que te persigan con más ahínco
El aludido resopló. Donghae hablaba desde la experiencia, no podía negarlo. Después de la improbable boda de este con la antigua prometida de su hermano. Pero algo había sucedido en la noche de consumación que hizo que Donghae corriera hacia la capital y no había vuelto a poner su sombra en la hacienda familiar.

Kyuhyun le lanzó una mirada de reojo a su amigo, observando la satisfacción en sus facciones, demasiado atractivas. -¿otra noche con una Gisaeng?
Donghae enarcó una ceja- Sólo una noche de música. Sabes muy bien que todo lo que se habla de mí no es cierto.
Cambiando de posición en su silla de montar Kyuhyun suspiró. –Sabes que tengo mis razones para no casarme.

Donghae había estado presente el día en que Kyuhyun se emborrachó como nunca antes, nunca más podría volver a soportar tanto dolor. Se había enamorado de EunJi, la hija de un general que había preferido casarse con un terrateniente rico a ser la esposa de un soldado. Así que esa noche Kyuhyun había prometido evitar el amor y el matrimonio.

-Te das cuenta de que se espera de ti que te cases algún día con alguna cortesana o alguna jovencita hija de un terrateniente o una de tantas nobles. Recuerda que no eres un simple soldado, eres hijo de un noble, primo del rey.
-Todo el mundo, tú incluido saben que mi padre no era hijo del príncipe consorte. Fue criado y adoptado por él, es cierto. Pero por mis venas no corre la misma sangre del rey.

Kyuhyun había recibido su nombre por su abuelo de crianza, Cho Kyuhyun príncipe consorte y General del ejército de su Majestad. Padre del rey SeungHo. El padre de Kyuhyun, Cho HyunHo se había retirado del ejército con una intachable carrera y ahora vivía cerca de las montañas con su esposa y tenía tratamiento de nobleza cuando viajaba a la capital. Ahora era él quien lo recibía y no se sentía cómodo con ello. Le gustaba más ser reconocido por sus méritos, no por sus enlaces familiares.

-Conseguiré esposa cuando tú regreses con la tuya. –le dijo Kyuhyun a su amigo. Pero, sin previo aviso un rostro apareció en su mente. Una visión de pura piel de marfil, ojos tan oscuros como la noche y una nariz pequeña y delicada.

Nunca había imaginado que existiera tal belleza. Hasta hace unas noches, cuando había brillado ante él, resplandeciendo con picardía y encanto, brillando como una gema calentada por la luz del sol. Y, por supuesto, en todas las reuniones a las que había asistido desde entonces, la joven lo había perseguido con una persistencia implacable y una preocupante falta de precaución.

Refunfuñó una palabra malsonante en respuesta a la que Donghae le había dicho cuando mencionó a su bien alejada esposa, pero estaba perturbado por el hecho de que ella hubiera vuelto a inmiscuirse en sus pensamientos. Era una coqueta, una pequeña flor que se marchitaría en sus manos. Incluso si hubiera deseado una esposa -que no era el caso-, ella era la última mujer que elegiría.
Donghae se rió. -Muy bien, no se hable más de matrimonio.
Se hizo el silencio entre ellos durante largos minutos; los únicos sonidos eran el ruido de las pezuñas de sus caballos, el parloteo de los transeúntes y el implacable ruido del viento entre las hojas de los árboles.

Donghae abrió la boca para hablar, pero una conmoción detrás de ellos los hizo girar en sus asientos. Era un caballo inquieto que se había soltado y ahora estaba tumbando algunas mesas del pequeño mercado que estaba en aquella humilde zona.
Kyuhyun se había colocado frente a Donghae en su propia montura. -¿Qué demonios?

Haciendo avanzar a su propio caballo, le indicó a Donghae que tomara el lado derecho para cerrarle el paso hacia las personas y luego aceleró para igualar el paso del caballo que se alejaba del puesto de verduras, se bajó de su caballo en un rápido movimiento para tomar fuertemente las riendas del inquieto animal, intentando acariciar el cuello del animal y así tranquilizarlo.
Lentamente, alargó la mano, rozando la rienda con los dedos enguantados. Las ligeras riendas de cuero se deslizaron por el lazo metálico. El caballo se echó a temblar y se volvió a inquietar
-¡Kyuhyun! ¿Lo tienes?—, gritó Donghae.
-¡Sí!-exclamó al tiempo que tomaba más fuertemente las riendas y empezó a tranquilizar al animal con suaves palabras.
-Estoy en deuda con ustedes mis señores- la voz de un angustiado hombre interrumpió la concentración de Kyuhyun.
-Todo está bien. El caballo sólo ha sufrido un susto. Ya se ha calmado.
-No está acostumbrado a las personas mi señor- El hombre hablaba pausado, recuperándose del susto.

Mientras el hombre continuaba agradeciéndole y apartándose del camino con el ahora tranquilo animal, Kyuhyun caminó hacia su propia montura cuando vio a una joven dama de pie frente a ellos con lo que parecía ser una doncella. La joven se acercó haciendo que él se erizara como un adolescente.
-Teniente Cho- dijo ella sin aliento. -Eso fue... sorprendente.
A su lado, Donghae se había bajado de su propio caballo y se inclinó hacia delante con interés. -¿Quién es esa? Es bastante...
-Nadie-espetó Kyuhyun.
Donghae levantó una ceja. -Bueno, es obvio que es alguien, o no estarías tan descolocado.
-Ignórala.
-Eso sí que sería maleducado por mi parte.
Kyuhyun soltó un suspiro de exasperación. —Muy bien.Hablaremos con ella, pero sólo un momento. A final de cuentas, es tu cuñada.

Kyuhyun pudo disfrutar la cara de confusión de Donghae mientras se acercaban a la joven.

-Mi señora- la saludó, sin poder disimular la vena de fastidio en su voz.
Debía de ser molestia. ¿Qué otra cosa podía ser este calor punzante?
-Teniente Cho.- dijo antes de apartar sus ojos de él y mirar a Donghae. –cuñado, no puedo decir que sea un placer.
-¿Sunhye?- Casi no te reconozco... La última vez que te vi eras una jovencita.
-Es cierto. Hace años, cuando abandonó a mi hermana y se vino para la capital. Para usted soy alteza real, no le he permitido el uso de mi nombre- le dijo con una nota de real antipatía haciendo que Donghae se sonrojara y carraspeara. –Pero no estoy aquí para hablar con usted mi señor. Simplemente he sido testigo de tanta valentía de su parte teniente-dijo la irritante chica con sus pálidas mejillas delicadamente sonrojadas.
Atrayendo su mirada. Haciéndolo imaginar si se sonrojaba debajo de sus ropas.
-Cualquiera haría lo mismo alteza- respondió él.
-Oh, pero cualquiera no lo hizo. Fue extraordinario-Como de costumbre, su mirada estaba fija en él, devorando sus hombros, sus muslos y su rostro. Apenas y había reaccionado a la presencia de Donghae y Kyuhyun no estaba acostumbrado a ser el centro de atención al lado de su amigo, era inesperado.

Aunque claro, Donghae era el esposo de su hermana. Era normal que no se fijara en él. Kyuhyun echó un vistazo para medir la reacción de su amigo y quiso gemir. La sonrisa de este era cómplice mientras oscilaba entre Kyuhyun y la irritante princesa
Hoy vestía de azul. Un azul celeste pálido que lucía hermoso en ella Pero, entonces, ella era la mujer más hermosa que él había visto así que todo relucía en ella. No es que importara. A pesar de su persistente y desconcertante mirada, él no tenía intención de aceptar lo que ella le ofrecía.

Ninguna en absoluto.

La dama que la acompañaba carraspeó haciendo que la princesa la mirara. -Me temo que debo seguir mi camino, me esperan en el palacio. Había pasado la mañana en una casa de caridad cerca de aquí entregando unas donaciones.
-No debería salir sola por esta zona de la ciudad, alteza- le dijo Kyuhyun.
-No estoy sola, dos guardias y mi dama me acompañan. Quise venir caminando, es un día precioso y un poco de ejercicio no me haría daño.
-No es lo mismo.- Insistió Kyuhyun.
-Tomaré su pedido en cuenta teniente. Espero que tenga una buena tarde. – dijo la joven antes de emprender su camino sin despedirse de Donghae y dejando a Kyuhyun mirando hasta que perdió la vista.
-Así que es nadie. –dijo Donghae con una pequeña sonrisa.
-Ella no significa nada para mí.
La sonrisa infernal de Donghae no hizo más que crecer. -Hmm. Un interesante nada, ciertamente.
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Eres una perfecta tonta-se reprendió Sunhye-mientras removía distraídamente su té. Volverás a verlo esta noche pero por ahora, concéntrate en tu bordado.
Pero no podía. Todavía no había dejado de sentir un hormigueo, apenas podía respirar, horas después de verlo, no podía dejar de pensar en él.
-Creo que me pondré mi hanbok nuevo- dijo Misun, una de sus primas. Era hija de el rey SeungHo y era de su misma edad, por lo cual era fácil mantener una conversación con ella. Se casaría en el otoño con un joven de una familia prestigiosa, pero en ese momento Sunhye no podría siquiera recordar su nombre o su trabajo en la corte, sólo podía pensar en Kyuhyun. –Supe por mi madre que te gusta Cho Kyuhyun.
-Bastante, en realidad.- confirmó Sunhye.
-Aunque es de la familia, ocupa un rango menor en el ejército.
-Es un teniente Misun.
-Y tú una princesa, aunque él es muy atractivo.
- El calor le bañó la piel-Sí- susurró ella, con el corazón palpitando ahora como lo habían hecho los cascos de los caballos.-Lo es.

Cada vez que lo veía, su fascinación aumentaba. La reina le había advertido de ello, diciendo que él no se doblegaba fácilmente a la voluntad de otro, y que Sunhye estaba demasiado acostumbrada a salirse con la suya. Esto último le había dolido, pero la reina prefería la honestidad a la cortesía.

-Prima, recuerda que no es el único hombre en la corte.
Sunhye lo sabía, varios de los caballeros que buscaban rutinariamente su favor también eran guapos y de buena posición. Pero Sunhye no quería su tipo de atractivo dócil y simple, no quería cumplidos aduladores, ni hombros delgados y cuerpos simples. Ella quería a Cho Kyuhyun.
-No lo es, pero debo persuadirlo de que somos la pareja ideal. Y esta noche, comenzaré con ese desafío en profundidad.
-Oh, deberías pensarlo...- El suave golpe en la puerta interrumpió la conversación y la figura de su padre apareció.

Su padre.

Sunhye se levantó con una sonrisa y caminó hacia él y darle sus habituales besos cariñosos en las mejillas. Olía cálido y reconfortante.
-¡Papá! No esperaba que vinieras tan pronto- Sunhye sonrió más ampliamente.
-No vengo a llevarte de vuelta, voy en camino a un asunto de negocios. Tuvimos problemas con algunos caballos, así que pasaré la noche aquí para salir mañana.
-No importa, me alegra tenerte al menos esta noche.
Todos charlaron un rato mientras Sunhye servía el té. Les contaron todo lo que estaba aconteciendo en la corte y mucho de ello derivó en Cho Kyuhyun. Misun los dejó solos cuando notó que YoungWoon quería hablar con su hija a solas.
-¿Cho Kyuhyun, dices?- Los ojos de papá brillaron ante Sunhye. -¿Es el que te gusta?
Enderezando su columna, le dedicó su más bonita sonrisa y le agarró la mano, no quería que su padre creyera que él era poco para su hija. -He encontrado una perspectiva muy prometedora.
-Cho Kyuhyun parece ser un caballero de gran carácter.- le dijo su padre- Lo poco que he escuchado sobre él es que tiene un alto sentido de la honorabilidad y es leal a la familia real.
El nudo en su estómago comenzó a aflojarse. -Lo es- Sintió que sus labios se curvaban con más naturalidad, al hablar de él. -Es valiente, leal, desinteresado.
-Bueno, nunca dudaría de tu ingenio, querida, pero ¿Estás segura? Para tu madre y para mí no es importante que tu futuro marido tenga fortuna, como hemos visto, quien sea tu esposo debe serlo porque ve en ti algo más que una princesa o una manera de escalar socialmente. Has rechazado cada propuesta y te hemos permitido una libertad que no tuvieron tus hermanas porque hemos aprendido de nuestros errores.

Sunhye estaba segura, su búsqueda no era de un esposo en general. Si lo hubiera sido, podría haber conseguido al hijo de un erudito en la primera reunión a la que asistió en la corte o algún terrateniente vecino en su pueblo. Su búsqueda era de un esposo en particular.

Cho Kyuhyun.

Hasta ahora, su cacería sólo había tenido un éxito menor: una presentación, y un puñado de encuentros como el de hoy. Pero ella no había hecho más que empezar su persecución.
-Recuerda mis palabras, papá. Seré la esposa de Cho Kyuhyun antes de que las hojas empiecen a caer en el otoño.
Papá sonrió, sus ojos suaves y cariñosos. -Si eso es lo que quieres, entonces no tengo dudas. Él tendría que estar loco para resistirse a ti, mi hermosa niña.

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2022 ⏰

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El sueño de las Peonías- KyuhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora