Desde que tengo memoria, existe un mismo sueño cada noche, para unas personas la hora de dormir es la hora más deseada por su día.
Pero yo ya le temo a dormir, y lo único que deseo es despertar.
Voy caminando lentamente, mis piernas son blancas, mi respiración no la escucho, pero mis pies son blancos, el piso raspa mis dedos y talones, me duelen mucho pero en aquel piso blanco no deja rastro alguno de mi sangre que yo puedo observar, mis manos tiemblan y cada vez más siento que no existe salida alguna, nadie me persigue pero quiero salirse ahí lo más rápido posible, siempre parece que hago el mismo recorrido, “De frente y después derecha” pero jamás llegó a los mismos puntos de partida.
Pasan personas por alado mío, personas que conozco pero ellas solo sonríen y se agachan, no saludan y no me hablan, no me conocen pero ellos son mi familia y lo único más cercano que tengo.
Después mi agitación es más extensa, mis pies me arden y mis manos ya son blancas y delgadas por completo, todas las personas conocidas se quedaron atrás y es en ese momento en dónde siento un gran golpe en mi ser, un gran abandono, empiezo a correr, empiezo a gritar, tengo una desesperación enorme, y solo estoy yo.
Despierto con temblor en mi cuerpo, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta a las 2:00 a.m, siempre a esa hora, siempre en esas circunstancias.
Me salgo de mi habitación directamente a el baño, el espejo con mi reflejo es lo único que logro percibir, una vez más, estoy con mi reflejo, con mis ojeras hundidas y mi cuerpo miedoso.
¿Cuánto tiempo seguiré así?
¿Hasta cuándo?