Besos en Venta

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En cuanto la besó, supo que le pertenecía.

El mundo dejó de importar y todas sus entrañas solo vivían para adorarla.

Las risas de la feria de Halloween dejaron de escucharse, la música se detuvo, los fuegos artificiales dejaron de alumbrar.

- Wow... - Susurró con sus labios a milímetros de los de ella, con ganas de volver a besarla, pero temeroso de cometer una locura.

Ella no estaba mucho mejor. Estaba tan sorprendida como complacida.

Una sonrisa retorcida empezó a adornar su rostro.

- Tu...

- Yo...

- ¡Tu! No puedo creerlo... - Él no quería ni escuchar lo que decía, solo quería probar aquellos labios nuevamente pero en cuanto se acercó, ella se alejó lo suficiente para tentarlo. Lo sabía ansioso, y adoraba esa sensación. – Vienes por más... Shikamaru...

- Cómo supiste mí...

- Al caer prometí no olvidar tu esencia... una que he buscado por milenios... y te encuentro aquí... en una vulgar feria mundana... queriendo besarme...

- Si... más... quiero más

- Y tendrás más, querido Ángel... - Dijo comprendiendo que aquella divinidad estaba tan oculta dentro del humano, que no podía recordar quien era.

Temari salió detrás del stand que usaba cuando estaba aburrida. El letrero "besos a cambio de almas" desapareció en una voluta de humo.

El confundido Ángel humanizado solo podía mirarla embelesado con su belleza. Sonrió cuando ella tomó su mano y lo llevó al más profundo de los avernos.

- Bienvenido a mi morada, Nara... - dijo enseñando el lugar

Ella le dio la espalda para llegar a su trono, en cuanto se sentó lo miró complacida. Ese estúpido Ángel había sido el culpable de la dualidad del bien y el mal, el cielo y el infierno. Él... él la había hecho caer. Tras buscarlo por eones y jugar al gato y al ratón no esperaba hechizarlo de una forma tan estúpida. Lo había besado como a otros miles de humanos a cambio de sus almas, pero en cuanto sus dulces labios rozaron los de ella, supo que aquel rostro pertenecía a aquel querubín de luz sin forma que conoció hace tanto tiempo... y ahora era todo suyo.

- Hermoso – Suspiró ignorando el trono, la oscuridad, el fuego, los huesos y el pentagrama. Solo la veía a ella.

- ¿Solo eso tienes por decir? Oh... no sé qué hacer contigo. Ni mis visiones más exageradas te predijeron este destino.

En ese momento, una suave sonrisa atravesó los labios de Shikamaru.

- Esto no estaba escrito...

- ¿Disculpa? – preguntó sorprendida. El halo de humanidad que tenía el Ángel empezó a perderse. La ignorancia humana parecía desaparecer.

- No estaba escrito... tuve que crearlo yo mismo.

- ¿Qué cosa estás diciendo?

- Que quizás.... Quizás me cansé de esperar que regresaras... que quizá dolía mucho no estar a tu lado.

- No... eso no es posible... significa que...

- Lamento no permitir que creyeras por más tiempo que me habías atrapado

- ¿Así que el gran Arcángel Shikamaru Nara cayó por su voluntad?

- No caí... me tiré... de cabeza y sin amortiguadores.

- Y ahora eres mío... para hacer lo que yo quiera...

- Es lo justo después de lo que le hice a la humanidad y a ti creando este infierno...

- Oh... pues estúpido Ángel mártir... no sé qué historia habrás inventado en tu mente... pero tengo milenios de ira y deseos de venganza acumulada y no me detendré por la nostalgia... estoy deseosa por hacerte de todo. – dijo llamándolo con un dedo.

- Oh si... haz lo que desees.

Shikamaru sonrió de nuevo acercándose para recibir su castigo... la había extrañado, pero eso no le quitaba aquella alegría y picardía que le daba al saber que se divertiría... después de todo, él había creado el infierno y él era su verdadero dueño.

Fin

_____

Bueno...esta historia chiquita nace literalmente a 12 horas de entregar... no me maten. Estoy trasnochada,estoy cansada y medio dormida; un así, espero que les guste. 

¿Dulce o Travesura? - ShikaTemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora