³⁷ | ʙᴏᴛᴇʟʟÓɴ

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CAPITULO TRENTA Y SIETE
BOTELLÓN

CAPITULO TRENTA Y SIETEBOTELLÓN

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☆  ☆  ☆  ☆

Alma y yo decimos hacer el corto juntas. Las cosas habían cambiado mucho en pocos días.

Julio y yo estábamos más distanciados que nunca, David se vino a vivir a mi casa con Fer ya que se había peleado con sus padres.

Y yo cada vez estaba más enganchada a las drogas y la diversión de Paulo. Empezaba a afectarme ya que todos habían notado mis cambios de humor y mis faltas a clase.

Alma era la única que lo sabía ya que me pilló pero, me prometió que no contaría nada y esperaba que siguiera así.

— ¿Tu cuando piensas dejarlo? —me preguntó Alma.

— No pienso dejar nada.

— Mirate, estás así por culpa de mi ex amiga. Lo mínimo que puedo hacer es ayudarte.

— Ya, vale. No digas nada y me habrás ayudado.

— Ashley... es por tu bien.

— Pues ya estoy bien.

— Si tu lo dices, oye, ¿vas al botellón de esta tarde?

— Claro, me ha dicho Yoli que fuera a buscarla así que si. ¿Tú?

— Supongo.

— ¿Como qué supones? Te espero allí.

Fuimos a clase de gimnasia y al llegar Julio me apartó.

— ¿Tú qué?

— ¿Yo qué?

— ¿Te has visto? Todo el mundo habla de que te estás drogando.

— ¿Qué?

— Y se que es verdad, te vi esnifando con Paulo antes.

Suspire.

— Tienes que parar o vas a terminar haciéndote daño.

— Déjame en paz.

Vaquero se acercó.

— Oye Julio, ¿llevo calimocho al botellón?

Miré a Julio, ¿le había invitado?

— Como quieras.. peró nosotros somos de tomar cosas más fuertes.

— Está bien —me miró — ¿tu vas a ir no Ashley?

— Eh, claro.

— Bien.

Se alejó y mire a Julio seria.

— ¿Le has invitado?

— Es como un colega, ¿porqué?

— Osea, el otro día le metes un puñetazo y ahora le invitas al botellón.

— ¿Te molesta?

— No, pero..

— Pues ya está.

Y nos pusimos juntos a estirar.

– – – – – – – – – – – – –

Llege a la fiesta de Quino y estaba con Gorka bebiendo y fumando demasiado.

— Ashley, voy a hablar con Cabano.

Gorka se marchó y Julio se acercó a mi.

— ¿Has visto a Quino? —me preguntó.

— No, lo siento.

Julio cogió mi cigarro y lo tiró al suelo.

— ¿Que haces? —pregunté.

— Deja de hacer lo que haces, no voy a permitir que te hagas daño.

— Julio.

— ¿Qué?

— Vete a la mierda.

Me fui a bailar con un chico que había. Bailamos muy pegados y bastante sensual.

Muchos ya se estaban marchando pero yo me quedé, en el último baile me fijé en que Vaquero estaba sentado en el banco con una bebida y mirándome.

Me acerqué y me senté a su lado.

— No te he visto en todo el botellón.

— Estaba por aquí —sonrió— bailas bien eh.

Le miré. — Te fijas mucho en las cosas que hago últimamente.

— Lo se, eres una chica interesante.

— Si tu lo dices.

No había nadie y solo quedábamos nosotros. Era bastante tarde y me levanté para irme a casa.

— Bueno, yo ya me voy.

— Espera —me cogió la mano— ¿nos tomamos la última?

— ¿La última? Mañana vamos a tener una resaca que flipas.

— ¿Y qué? ¿Te animas?

Rodé los ojos y asentí. — Venga, pero tampoco te pases eh.

— Confia en mi —dijo antes de poner una mano en mi espalda para guiarme.

– – – – – – – – – – – – –

El rayo de luz tocó mi cara haciendo que me despertara, me moví un poco y al abrir los ojos noté que no estaba en mi habitación.

Me senté en la cama y mire hacia el lado, dios. No, no y no.

¿Como había terminado durmiendo en casa de un profesor y encima con ropa interior?

— Dios.. no —sussure frotando mi cara.

Me levanté despacio para que no se despertara y me viera, cogí mi ropa del suelo y salí corriendo.

No me lo podía creer, peró lo peor de todo esque no recuerdo absolutamente nada. Y pensaba hacerlo, no se como, pero tenía que recordarlo.

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