prólogo

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Último día de clases, última hora y todos estamos atentos al reloj que marca la hora colgado en la pared, encima de la pizarra blanca.

Solo falta un minuto, nadie prestaba atención a la profe que nos deseaba un feliz verano.

Llegó la hora y sonó la sirena indicando el final de las clases y el inicio de un maravilloso verano. Todos se levantaron como si las sillas quemaran y salieron de clase para irse a sus casas.

Cogí mi maleta y salí del aula para dirigirme a mi taquilla donde me reuniría con mis mejores amigos, Eva y Erick. Pensaba que iba a ser fácil llegar hasta ellos, pero todavía había mucha gente en los pasillos y no se podía casi ni respirar.

Cuando ya casi no había gente avancé hasta mi casilla y allí estaban ellos. Los saludé mientras me acercaba a ellos, Eva fue la primera en recibirme con uno de esos abrazos que la caracterizaban, esos típicos que te da tu madre cuando te vas de casa-cuando regresas-, de esos que te pueden dejar sin aire.

Eva era una chica muy guapa la verdad, es rubia y su pero casi le llega hasta la nalga, siempre va maquillada-pero no es de esas que se ponen tres kilos de maquillaje-todo lo contrario casi ni se nota que lleva y sobre todo es muy amable, aunque cuando se emborracha es capaz de meter cuatro insultos en una sola frase.

Sin mucho aire en los pulmones le pedí que me soltara y fue ahí cuando escucho una risa muy bajita pero que pude escuchar y sabía que el que se estaba riendo de la situación era Erick. Me giré hacia él y rápidamente su cara pasó de tener una sonrisa dibujada en ella a ponerse serio.

-¿Te estás riendo de mí?-Le pregunté mientras me acercaba a él muy despacio.

-Eh..no, no-respondió retrocediendo.

No pude aguantar más tiempo seria con el y me empecé a reír, me acerqué a el y lo abracé. Cuando nos separamos nos dirigimos a la salida. Ibamos a ir los tres a comer a un restaurante cerca del instituto con muy buenas críticas.

La verdad es que de todo el tiempo que llevo viviendo aquí no he ido a comer a ese restaurante y no soy la única, Erick tampoco ha ido. Eva siempre nos hablaba de ese restaurante así que decidimos que podíamos ir hoy cuando acabaran las clases.

Caminamos unos cinco minutos y ya podía ver la fachada del restaurante, era elegante y a la vez rural, nos fuimos acercando hasta quedar en frente del restaurante.

Entramos y buscamos una mesa al lado del ventanal, pedimos y estuvimos hablando sobre lo que íbamos hacer este verano.

-Yo propongo hacer una fiesta a lo grande-Nos dice Erick.

La verdad es que esa idea me gusta, así que le digo a Erick que me apunto y con eso Eva también.

Planificamos todo, el lugar, las bebidas, la música... hasta que nos sirvieron nuestro pedido, terminamos y cada uno se fue a su casa.

Por la tarde todos los del instituto deberían recibir un mensaje con la información de la fiesta del cual eso se encarga Erick así que no me preocupo.

Llego a mi casa y como siempre no hay nadie, mis padres seguían trabajando y mi hermano pequeño nos dijo que iría a casa de un amigo.

Me dirijo al cuarto de baño de mi habitación y me doy una larga ducha para despejar mis pensamiento, luego, de posiblemente una hora salgo del baño ya con el pijama puesto-si con el pijama-elijo un libro de mi estantería, me pongos mis cascos, dejo mi móvil apartado y comienzo a leer con mis canciones favoritas sonando de fondo.

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Aquí está el nuevo prólogo, espero que os guste y le den mucho apoyo.

¿Les gustaría que les dejara la playlist con la que me he inspirado para hacer esta historia?

ahora solo os queda esperar al primer capítulo, chaooooooo.

Espero que lo disfruten.

El Verano Donde Todo CambióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora