Dónde T!Spreen y T!Juan no entienden una chota de sus sentimientos
- Historia corta
- Re contra soft
- Mucha boludes
- Spreen mi casita
- Historia narrada solo por Spreen y claro, un narrador.
Créditos de los dibujos;
@Kirxely en Twitter
@_annart_...
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- Solo déjame arreglarme y podemos salir a hablar, ¿querés?
Respondí y relamia mis labios pues aún sentía la boca seca ante la gran resaca que tenía.
- Oh si- si quieres podemos vernos en cuanto termines en la heladería de Aroyitt, te invito un helado que no sea de chocolate.
Spreen sonrió y asintió con su cabeza para terminar por cerrar la puerta; después de esto, volteo con una mirada amenazante hacia Robleis, quien al sentir aquella mirada tan penetrante sobre si mismo sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y no hizo más que correr.
- ¡N-No! ¡Espera! ¡No sabía que Juan estaba acá boludo!
Si, Spreen lo siguió por toda la casa hasta que logro que el chico saliera de su casa y fuera al pueblo donde rentaba un hogar.
[...]
Después de 20 minutos, Spreen estaba listo para volver a salir con Juan, estaba vez tenía en mente lo que pasaría y aunque parecía listo físicamente, en su cabeza pasaban mil cosas que no lo dejaban avanzar, pero tenía que enfrentarse tarde o temprano.
Camine por el pueblo así encontrándome a lo lejos a Juan por la heladería como acordamos, este estaba en una de las mesas exteriores y tan pronto me vio, comenzó a saludarme moviendo su mano de un lado a otro, quizá actuando muy exagerado en su emoción.
Que estúpido más lindo.
Tomé asiento frente a el, quien solo se limitaba a sonreírme pero de lo contrario, yo seguía con mi expresión seria y nerviosa; ¿estoy exagerando yo ahora?
Normalmente cuando 2 personas se ven después de salir de una cita y besarse, es para continuarlo pero yo- quería hablar de algo más.
- Quería hablarte de algo muy importante desde aquel día, pero no había podido hasta ahora, ¿me dejás expresarme?
- Si, no tienes porque pedirme permiso bobo
El de anteojos rodó sus ojos de manera divertida y se acomodó para escuchar con atención a su amado.
- Lo siento, Juan... No sé cómo hacer esto, no soy fan de ser romántico ni de tener sexo, de hecho no me llama ni el más mínimo interés eso último.
El hechicero alzó una ceja: "¿Y eso? ¿Está bien?" se preguntó en su cabeza para no interrumpirle, se veía que quería una charla seria y también, una charla que para nada esperaba.
Estaba nervioso y bajé mi cabeza, era la primera vez que podría expresar tan bien lo que siento, pero quería que Juan lo escuchará antes de que algo pasara...
- Spreen, pero yo-
Juan trataba de hablar, se ponía tenso al ver el nerviosismo de su contrario así haciéndolo pensar en lo peor pero-
