Capítulo 1: El Mejor Día de Todos

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Capítulo 1: El Mejor Día de Todos

Se despertó gracias al sonido de su alarma descompuesta la cual hacia un sonido realmente desagradable. Abrió los ojos con desgano, aquel sonido sin dudar la irritaba. Sin embargo se levantó de su cama de sabanas cafés y se alistó para ir a la universidad. Una vez que ella ya estaba lista bajó a la cocina y de nuevo no estaban sus padres. Abrió el refrigerador y se dio cuenta que ya quedaba poca comida. Era de esperarse, su familia estaba teniendo muchos problemas económicos. Su padre ya no habitaba en esa casa, al parecer irse con su amante sonaba mucho mejor.

Yajahira es una chica de cabello realmente largo y ondulado, castaño claro, tenía su flequillo que se quitaba cuando el clima era soleado, para evitar el acné que se hacía por el contacto de cabello y calor en la frente; sus ojos eran color caramelo y tenía unas pestañas largas y rizadas, las cuales eran afortunadas de no tener que cargar con kilos de rímel como lo hacían las demás chicas, ya que ella no lo necesitaba; no era tan alta, tenía una estatura normal, media 1.66; no era demasiado delgada, estaba en su peso ideal, con las curvas que debe tener una chica de 18 años de edad; sus labios era demasiado finos, muy apenas se hacían notar, es por eso que siempre prefería maquillarse los ojos y así hacer llamar la atención en ellos en lugar de sus finos labios.

Respecto a su carácter, era una chica simpática… bueno, a veces, tenía un don para enojarse con facilidad, no era la chica más paciente de todas. Era graciosa, pero no todo el tiempo como suele serlo una chica muy carismática. Estos últimos días solía llegar a la universidad y tener conversaciones con el menor número de gente posible. Su grupito de amigas se había separado por algo realmente infantil.

 Sus amigas adoraban ir a los antros, discos y bares, solo que ella siempre se negaba a ir y no era porque no quisiera divertirse simplemente estaba teniendo muchos problemas económicos como para gastar el poco dinero que llegaba a casa en alcohol, tabaco, antros, etcétera. Por otro lado no quería mencionar sobre sus problemas de dinero, ya tenía suficiente con que la molestaran por el simple hecho de ser una chica becada. A pesar de mantener muy buenas calificaciones su carrera no le gustaba del todo, al principio si disfrutaba de estudiar derecho, pero este segundo semestre ya se estaba hartando, se dio cuenta que no era lo suyo. Para su mala suerte no podía cambiarse de carrera, eso tendría un costo adicional y la pérdida de la beca.

Estaría dispuesta a terminar la carrera, trabajar, conseguir el dinero suficiente para estudiar arquitectura y luego ya estudiar su carrera soñada. En esos momentos se sentía una tonta por no haber escogido bien su profesión, ahora estaba pagando las consecuencias con su amargura.

Salió de su casa, metió su mano en su bolsillo y contó el dinero que llevaba. 10, 20, 30… si, tenia 30 pesos. Si se iba a la escuela en camón, que resultaba más económico que tomar un taxi, le costaría alrededor de 25 pesos, ya que tenía que tomar dos camiones. Dejándola con 5 pesos para sobrevivir en el desayuno y comida de la universidad. No, no podía pagar una comida con 5 pesos, era absurdo, a duras penas podía compararse un dulce.

Miró la hora por su celular… era temprano, así que decidió caminar. Desde que ya no se juntaba con su grupito de amigas no había nadie quién se ofreciera a llevarla. Ella no usaba el auto que había en su casa, primero que nada ella sufría de amaxofobia (persistente, anormal e injustificado miedo a conducir un automóvil). Sin mencionar que el auto se lo había llevado su madre para ir al trabajo.

Sin más que hacer, y para no perder más tiempo, sacó sus audífonos y se encaminó a la universidad que le quedaba muy lejos. En el trayecto había pasado por otras dos universidades, las cuales ella le hubiera gustado asistir, pero lamentablemente la beca se la ofreció la universidad más lejana. Una duda comenzó a atormentarla, ¿Se gastaba mucho dinero en transporte? Aunque tuviera beca, el dinero que gastaba en transporte por semestre podría bien ser lo que ella gastaría en una universidad que le quedara más cerca.

30 Días con élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora