El supremo viene

17

 Raymond se despertó.

Al igual que en otra "sala" anterior, su despertar fue sin previo aviso y no había ningún patrón en absoluto.

"Alan..."

Como una persona que acababa de despertar de un coma, la fuerza de Raymond era increíble, tiró de Alan con fuerza y ​​casi lo llevó directamente a sus brazos.

Pero antes de eso, el equipo médico ya se había presentado.

Habían llegado apurados por órdenes de Zakir, pero ahora solo se encontraron con el despertar de Raymond lleno de sorpresas.

Al menos tres personas extendieron sus manos al mismo tiempo y apartaron a Alan de los brazos de Raymond.

"Alan..." En la confusión, Alan escuchó que Raymond le gritaba apresuradamente.

Hay algo extraño en el tono de Raymond.

En ese momento, Allen no pudo evitar pensar eso.

Pero en este momento, el ambiente en el que se encontraba no le permitía pensar demasiado.

Su puesto anterior fue ocupado rápidamente por varios médicos capacitados.

La atención de los oficiales médicos estaba completamente en Raymond.

Allen reconoció al joven como el líder, el de ojos grises.

Fue directamente al lado de la cama de Raymond, y luego preguntó con la mirada tranquila y racional que tenía antes: "Coronel Raymond, ¿cómo se siente ahora? Tiene...", dijo el oficial médico de ojos grises. Antes de que pudiera terminar de hablar, dijo. Fue interrumpido por alguien extraordinariamente grosero.

Fue Raymond quien lo hizo.

Ni el oficial médico ni Sakir y Rafael que estaban presentes pensaron que la escena que se había montado antes en el "pabellón" se volvería a repetir.

El oficial médico parecía haberse convertido en un juguete para niños y fue expulsado por el niño loco.

En cuanto a Raymond, no parecía darse cuenta de lo que estaba haciendo en absoluto.

Todavía repite el nombre monótono. Varias personas se precipitaron sobre él a toda prisa, tratando de sostener su cuerpo y controlarlo.

Pero rodeado de tanta gente, Raymond aún hizo todo lo posible por levantar la parte superior de su cuerpo, luego giró la cabeza para mirar a Allen.

"Alan... Alan..."

gritó.

Los ojos de Raymond no tenían la arrogancia y la estupidez que recordaba Allen.

Por el contrario, era un nuevo par de ojos extraños.

No había razón en esos ojos, solo el instinto de una bestia.

Y emociones fuertes, tan fuertes que casi se materializaron... al igual que las vagas llamadas de su boca.

Ese fue un fuerte deseo para Alan.

Al encontrarse con esos ojos locos, Allen tembló involuntariamente; por un breve momento, pareció sentir que sus nervios estaban siendo tirados con fuerza por un gancho invisible en el aire.

Su corazón latía como si estuviera a punto de romper todos sus órganos internos.

"Sr. Alan Morecambe. "

En este momento, dos figuras de repente se bloquearon frente a él, bloqueando la mirada de Raymond.

"Creo que tal vez deberíamos salir de aquí primero", Rafael giró la cabeza ligeramente y luego le dijo a Allen.