Capítulo IV

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Lucifer inmediatamente metió el objeto de oro en la bolsa y la escondió en una vasija que se encontraba cerca.

Su colocó enfrente a la puerta fingiendo una sonrisa, entonces recordó los cuchillos, les dio una mirada rápida y volvió a mirar al frente con nerviosismo.

—Lucifer, eh vuelto. —dice Marcel abriendo las puertas del balcón para ingresar a la torre.

—H-hola Marce. —respondió Lucifer con nerviosismo. —Tengo algo que mostrar-.

—¡Espera! Déjame hablar primero. —dijo interrumpiendo a Lucifer. —Ok, como muestra de perdón por la pelea de hace unas horas... silencio dramático...

Lucifer mira con curiosidad la canasta cubierta que Marcel le muestra.

Quita velozmente la manta que cubría la canasta. —¡Taran! Te eh traído manzanas como muestra de mi perdón. ¡Oh! Y además Padre me dio unos días libre. —le dice sonriendo.

—¿En serio? wow. —respondió Lucifer con incredulidad. —Bueno, yo también te tengo una sorpresa.

—Espera. —toma de las manos de Lucifer. —Lamento haberte dejado solo después de una pelea (aunque solo te estaba protegiendo). —suelta sus manos y va hacia la mesa a dejar la canasta.

—De hecho, de eso quería hablarte. —dice acercándose disimuladamente al armario. —Estuve pensando en lo que me dijiste y-.

—Luci, espero que esto no tenga que ver con la luna.

—De hecho, si. Quiero hablar sobre eso-.

—Pero ya te había dicho que no quiero hablar de eso. —interrumpió de nuevo. —Y tú dijiste lo mismo.

—Lo se, pero tú piensas que no puedo cuidarme haya afuera-.

—No, no lo pienso. Lo sé, no eres capaz de cuidarte haya afuera. —respondió con obviedad.

—Pero si me dejas-.

—Lucifer, no quiero seguir hablando de esto.

—Pero, lo que te voy a-.

—¡Lucifer! ¡Deja de hablar de la luna! ¡No dejarás esta torre hasta que tu otro par de alas crezca! —gritó volteándole a ver. Lucifer vio como algunas de sus alas tenían uno que otro ojo.

El Serafín retiró su mano del armario.

—¿Y cuando va a pasar eso...? ¡Eh! ¡Llevo encerrado aquí tres estupidos siglos!

—¡Lucifer, cálmate! —respondió Marcel.

—¡No! ¡Tan solo dímelo Marcel! ¿¡Cuando voy a salir de esta maldita torre!?

—¡No lo sé! ¿¡ok!?

El silencio invadió la habitación.

—¿A que te refieres con que no lo sabes...? —preguntó Lucifer conmocionado.

Suspiró. —No lo se, tus alas pueden crecer en cualquier momento. —dijo recargándose en la mesa.

Volvió el silencio.

—Escucha, yo ya no quiero hablar sobre esto. —comentó Marcel.

—Yo... -suspiró —lamentó haberte gritado... —dijo Lucifer

—No te preocupes —respondió

El silencio volvió a la torre.

Lucifer miró el armario, con culpa en su ser se puso enfrente de el bloqueando las puertas.

—Marce...

—¿Mhm?

—Como la luna no es posible, pues... —pasó la vista a distintas partes de la torre, intentando encontrar algo que decir. Finalmente su visión llegó a una esquina de la torre. —me gustaría saber si ¿podrías traerme oro o joyas?

Lost Memories [DevilDice] |Enredados AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora