La joven de veinticuatro años estaba sentada en una de las mesas en medio del restaurante, iba vestida tal cuál me escribió el día anterior en el chat, con un sencillo vestido amarillo, muy ad hoc con el día caluroso que hacía. Habíamos quedado de vernos a las tres de la tarde que era su hora de la comida, ella eligió el restaurante ubicado en la calle Homero de la colonia Polanco de la Ciudad de México. Bueno, en realidad yo le había dado cinco opciones a donde podíamos ir, y para mi suerte, escogió aquél. Era de un tamaño no muy grande, había cavidad como para treinta mesas de cuatro personas máximo en cada una, el lugar tenía un estilo minimalista, jugaban mucho con la madera trabajada para el suelo y el techo, mientras que las paredes eran de un concreto gris impecable, las mesas cuadradas cubiertas con manteles increíblemente blancos y las sillas de la misma madera para hacer juego con la construcción. Había una pequeña fuente con estilo oriental justo a la entrada, haciendo ruido con el complejo de "Restaurante Argentino" que era el lugar, pero bueno, al dueño parecía gustarle aquello. La anfitriona era una hermosa mujer latina de unos treinta años, con cabellos oscuros, piel apiñonada de ojos miel con facciones afiladas pero muy estéticas, llevaba un vestido negro por encima de las rodillas que se le adhería al cuerpo dejando ver su figura escultural. Sin duda el dueño del restaurante le había dado ese puesto por la belleza física que tenía para atraer clientes.
- Buenas tardes- le dije con buenos modales.
- Buenas tardes señor- me dijo ella del mismo modo, seguramente le pedía que recibiera a todos los clientes hablándoles de "usted" pues yo era más joven que ella y no me hubiese molestado que me tuteara.- ¿Mesa para uno o ya lo esperan?
- Ya me esperan señorita, muchas gracias.- le contesté.- La mesa debe estar a nombre de Adriano o Leslie. Para facilitarle el trabajo, es la joven rubia de vestido amarillo que esta justo en el centro.
La mujer se giró para ver a la joven, luego volvió a poner su mirada sobre mí y sonrió, podía verse a través de aquél gesto que no le gustaba que su puesto de la "Mujer más bella del lugar" se viera amenazado inclusive por una comensal.
- ¿Gusta que lo acompañe a su mesa señor?- me preguntó con amabilidad.
- Por favor señorita- le contesté como si pudiera perderme y necesitara de sus servicios para llegar a salvo.- Nunca le negaré la compañía a una mujer tan hermosa como usted, así sea por tan solo unos momentos.
La mujer se sonrojó, seguramente recibía muchos cumplidos a cada momento, pero dudo que muy pocos hicieran que se ruborizara de aquella manera.
- Por aquí por favor- respondió ella con nerviosismo. Seguí el movimiento de sus caderas hasta que llegamos a nuestro destino.- Su mesa.
- Muchas gracias- le sonreí y la mujer regresó contoneándose a su puesto de trabajo.
Tomé asiento frente a mi compañera de comida. Ella al igual que la anfitriona se veía nerviosa en cuanto me senté en mi silla. Era muy hermosa también, rubia, delgada, tez blanca aunque se veía ligeramente bronceada, supuse que había ido a un spa para hacerse un bronceado y verse bien para nuestra cita. Ojos miel ligeramente delineados para resaltar su belleza, pestañas largas con un toque de rimel, labios delgados pero carnosos, pintados con un color rojo brillante. Su cabello caía lacio y suelto sobre sus hombros, y su frente era cubierta por un fleco perfectamente recortado para dejar ver sus cejas triangulares y gruesas, un atractivo exótico que se había puesto de moda gracias a algunas súper modelos. Maquillaje casi no llevaba, solo lo de sus labios y ojos que ya he mencionado, eso me causó gran satisfacción, belleza natural.
-Eres aun más hermosa en vivo que en tus fotos de "Tinder"- le comenté con tono seductor.- No hacen justicia a la belleza que estoy viendo con mis ojos en este momento.
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ActionAdriano es un joven de veinticinco años, soltero, adicto al sexo, asesino a sueldo... Titulo y obra registrados en safecreative bajo el código: 1505114067