Imperio del sol [LMK/Shadowpeach].

Capítulo 8: Nezha.

Realmente que esto era muy difícil para MK, es decir... ¡Era REALMENTE difícil no querer simplemente abrazar a Nezha! Simplemente era un pequeño tan adorable, claro, si ignoraba el hecho de que siempre tenía el ceño fruncido y un mal humor increíble. 

—Entonces lo que quiero decir es que... ¿ME ESTÁS ESCUCHANDO?— Nezha había alzado la voz, tratando de llamar la atención de MK, aunque, maldita sea, no solo era físicamente un niño, sino que su voz también cambió a la de un niño. 

MK y Nezha estaban sentados en la cama del joven humano, habían pasado un par de días desde que Nezha había llegado, también agregaron una cama más pequeña a la habitación, además de llenar de más ropa el closet de MK, pero esta vez con ropa para el pequeño niño. Desde aquel momento ambos comenzaron a compartir habitación y hablaban tratando de pensar en posibles planes. 

—¡Perdón!—Se disculpó rápidamente MK, la verdad es que siempre se distraía porque no podía dejar de ver lo pequeño y lindo que se veía Nezha, ¡Incluso su cinta roja se había vuelto una pequeña bufanda inofensiva, ¿Sus otras armas? Definitivamente Monkey King se las quitó para evitar posibles problemas. 

No, de hecho, Nezha sabía donde estaba, recordaba esa maldita charla con ese mono loco. 

Un buen golpe hacía su orgullo.

Nezha estaba abriendo los ojos, finalmente la oscuridad había acabado, pero lo primero que vio fue una luz, una llama, no, más bien, un mono rodeado por llamas, como si se tratase del mismo sol.

...

Maldita sea. 

—Nezha.— Wukong dijo su nombre, si, era el maldito rey mono, pero, ¿Dónde estaban? ¿Por qué el rey mono estaba rodeado por los anillos de Samadhi? 

El tercer príncipe de loto trató de moverse, pero su cuerpo dolía, miró alrededor y solo había oscuridad y escombros. Estaba encadenado al suelo, todo su cuerpo, miró entonces al rey mono, quería respuestas. 

—¿Qué es todo esto, Sun Wukong? ¿Qué hiciste? Recuerdo ver al fuego de Samadhi consumir toda la existencia.—

—Eso fue un pequeño accidente, aún trataba de... Arreglar mis pensamientos. Pero era parte de un plan, Nezha.—

—¿Qué es este lugar? ¿Por qué no estoy en Diyu?—

—Eso no importa. Diyu ha dejado de existir, igual que todo lo demás.—

—Cuando el emperador de jade y Buda se enteren de esto...—

—Ninguno de ellos existe ahora, este es mi nuevo mundo perfecto.— Las llamas de Samadhi que antes brillaban en rojo, ahora cambiaron a un azul. —Nadie podrá detenerme, nadie podrá matarme, nadie le hará daño a Macaque o a MK.—

—...¿Qué mierda está mal contigo?—

—Nada de eso importa, ahora, Nezha, debo encargarme de ti.—