𝐒𝐞𝐢𝐬𝐡𝐮 𝐈𝐧𝐮𝐢

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POV___

Siempre me mantengo contenta, ayudó a los demás, soy la consejera de todos, no se negarme ante los demás y siempre complazco a todos.

¿Cuándo iré primero yo?

¿Cuándo podre ser yo?

Viví en un lugar donde ya teníamos demasiados problemas por lo que siempre me quedaba callada cuando necesitaba algo, sabía que no podía molestar con más cosas.

Por eso cuando los demás necesitan algo siempre estoy, pero se siente raro el que me digan que cuento con ellos después de escuchar sus problemas.

Ya tiene suficiente con sus problemas, no les puedo dar más.

—___ querida —la señora moriyama me habla mientras deja algunos libros en la mesa —llego un nuevo libro ¿quieres llevártelo hoy? —yo asiento feliz y ella me hace señas de que la siga.

Recibo contenta el libro que me da y le agradezco.

—recuerda no quedarte dormida —ella acaricia mi cabello y se va al escritorio.

Era el primer libro de romance que llega a la biblioteca, últimamente llegan libros más modernos por lo que la señora moriyama siempre me guarda el primero.

Corro sonriente al lugar donde siempre estoy leyendo, pero cuando di vuelta vi a alguien en el suelo llorando.

— ¿estas bien? -vaya pregunta más tonta —lo siento, lo siento —me senté a su lado — ¿quieres hablar?, ¿necesitas ayuda?

Aquella persona levanto la vista, era un chico, ojos verde esmeralda los cuales se notaban rojos por su llanto, nariz rojiza, una bonita cicatriz en el lado izquierdo de su cara y cabello rubio.

—lo siento, yo ya me iba —él se intentó levantar, pero lo detuve.

—no espera, puedes hablar conmigo, puedo dar buenos consejos o solo te puedo escuchar sin hablar, pero por favor, no te guardes lo que sientes.

Las mejores consejeras son las que no siguen sus consejos.

—de acuerdo, pero ni una palabra ¿sí? —asentí rápidamente y me acomodé para escucharlo.

—no diré nada si tu no me lo pides.

Ese día aquel chico me conto sus problemas se desahogó y lloro, yo solo escuchaba y algunas veces me pedía consejos los cuales rápidamente le di.

—perdón por molestar con mis problemas _él me dijo después de salir de la biblioteca.

-no es ninguna molestia escucharte, me alegra que pudieras soltar tus problemas —baje un escalón y lo mire desde abajo —puedes venir cualquier día, estaré feliz de ayudarte en lo que necesites.

—muchas gracias —sonrió un poco y yo hice los mismo, pero al instante me dio demasiado frio —ten.

—no te preocupes, llegare rápido a casa no te puedes quedar con frio —él me ignoro y puso su bufanda en mi cuello.

—tal vez en otra ocasión te escuche yo a ti, y así me puedes devolver mi bufanda.

— ¿Qué pasa si no nos volvemos a encontrar? —levante la mirada para ver sus bonitos ojos.

—nos volveremos a ver, estoy seguro —el sonido de unas motos logro que dejáramos de vernos —me tengo que ir.

—nos vemos luego —él detuvo su caminar y me miro.

—nos vemos luego chica linda —se subió a la moto de un rubio y ambos se despidieron de mí.

—nos vemos luego chica linda —se subió a la moto de un rubio y ambos se despidieron de mí

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