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Los primeros rayos del sol hicieron que el gato poco a poco recobrará sus sentidos después de una larga noche de sueño. Sentía una horrible sensación de un mal sabor de boca, y sus piernas estaban casi dormidas por tener que estar sosteniendo su cuerpo toda la noche.

Su esclavo aún se encontraba dormido, y poco a poco los demás adeptos salían de sus casas bostezando y estirándose para saludarse entre ellos mientras buscaban sus respectivos lugares de trabajo.

Otro patético día en este lugar, era el día 165 y se encontraba bajo arresto por un malentendido. Durante el regañó de Patch, solo había entendido que las única maneras de que un adepto se hiciera daño y no se condenará a la cárcel eran por accidente, forma de lealtad al cordero o que el cordero lo hiciera.

Sin embargo, sabían muchas cosas del gato. Primero, cómo que el tipo no se podía accidentar en un lugar en dónde no debía ni de estar. Segundo, el no le tiene ni una pizca de respeto al cordero. Tercero, el cordero no se encontraba presente en el lugar de los hechos. Cuarto, si el cordero lastima a alguno de sus adeptos lo suele hacer sin culpa y busca recuperarlos de la manera más rápida posible. Quinto, el gato era un problematico, que permaneciera en la cárcel era un descanso para todos.

Sin embargo, nuevo día, nuevas oportunidades.

Y nuevamente, Narinder volvió a forcejear para poder liberarse. Este intentaba hacer el menor ruido posible con el único propósito de no despertar a su esclavo . No porque le interesará, simplemente no soportaba sus preguntas.

Los pocos adeptos que pasaban solo para burlarse de sus intentos de escape no eran ni la mitad de humillante que lo poco que recordaba que sucedió anoche. Podía jurar que incluso el comportamiento del tarado anoche estaba siendo más serio que de costumbre.

Ese cordero tramaba algo con el. Podía jurarlo.

Sin embargo, en uno de todos sus esfuerzos no pudo controlar la cantidad de ruido que podría hacer, siendo el suficiente para despertar a su compañero.

- ¿E-eh? ¿Ya estamos en el paraíso? Creía que la muerte era más dolorosa... - Oh no, ya estaba iniciando con sus estupideces.

- No estamos muertos, solo amaneció - Las ganas de no querer responder eran notables, toda esta secta estaba llena de estúpidos.

- ¿El gran líder ya volvio de su cruzada? - El chico tenía ganas de poder frotar sus ojos, sin embargo esa cárcel no se lo permitía, ni a él ni a nadie.

- Regreso anoche, ya estabas dormido así que decidí culparte de todo lo sucedido. Eso hacen los mejores amigos ¿Verdad? - El gato sonrió con malicia al ver la expresión pálida de su compañero, ese pequeño ser, había acabado de perder toda la fé en la humanidad, sin embargo algo logro invadir su mente para olvidar el peso de sus pecados.

- Oye ¿Te encuentras bien? Normalmente tienes tus tres ojos abiertos - El gato pareció olvidar su broma pesada para simplemente entrar en duda ¿Que no tenía ya sus tres ojos abiertos? Podía jurar que lo había hecho está mañana.

Sin embargo algo empezaba a perturbarlo, y eso era el hecho de que su tercer ojo ya no respondía.

- Si... La luz puede llegar a afectarle más que a los demás en los ojos, prefiero mantenerlo cerrado en casos así - Mintió. No era raro que lo hiciera, pero la situación lo obligaba.

- Entiendo... ¿Es tu primera vez en una cárcel? - Este tipo...

- No, durante un muy largo tiempo me mantuvieron encerrado en una cárcel mucho más bonita que está - Esperaba que terminara su ronda de preguntas, sin embargo...

ͲᏆᎬΝᎬՏ 169 ᎠᏆ́ᎪՏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora