Prólogo

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Si la vida es una obra de teatro, debo estar actuando en una tragedia, al menos lo será si sigue desarrollándose tan desafortunadamente

No tengo la intención de averiguar si esto mejorará, he sido lo suficientemente cobarde todo este tiempo, pero he decidido que hoy lo haré

Las calles de Seúl siempre son asquerosamente grises, la gente pasa indiferente, enfrascada en su propio mundo, todo está lleno de personas, pero apenas siento un rastro de humanidad por su parte

Añoro mi pueblo natal, no específicamente por el afecto que le tuve a mi familia, ellos mismos me enviaron hasta aquí diciendo que "Tengo que encontrar un buen futuro"

¿Qué es un buen futuro? ¿Estudiar hasta morir? ¿Conseguir un trabajo infeliz y encerrarme en una oficina? ¿Desperdiciar mi vida corriendo detrás del dinero? ¿No era el dinero un medio hacia la felicidad?

Lo que extraño de ese pueblo es el ambiente relajado, la cercanía a un pequeño río rodeado de rocas y plantas, la frescura del aire, el rosal que dejé en el jardín...

Hace un tiempo concebí la idea de escapar y regresar, pero yo mismo me he visto avasallado por los ideales que odio y me he dado cuenta de que aún si regresara a ese lugar nada sería igual

Dicen que siempre hay soluciones, yo simplemente no las encuentro y después de tres años en el mismo estado siento que estoy desfalleciendo

Camino distraídamente hacia una cafetería ubicada en las afueras, uno de mis pocos amigos la señaló hace unos días, dijo que hacían buena comida, yo solo deseaba saborear algo bueno antes de tirarme al río

Al ingresar me di cuenta de que era un lugar mejor cuidado de lo que pensé, quizás un negocio familiar

No había tanta gente, me dirigí a paso lento hacia el mostrador, mi celular comenzó a vibrar así que lo tomé

En ese instante de distracción sentí como chocaba contra un cuerpo relativamente pequeño, ambos retrocedimos, pero ella cayó, llevaba una sudadera rosa y un mechón de cabello rubio escapaba de su capucha

Me disculpé rápidamente y le ayudé a levantarse, pero me di cuenta de su timidez, era como si se apartara

Me percaté también de que se le habían caído unos cuadernos y un par de lentes que buscaba torpemente con las manos temblorosas

Me agaché para ayudarle a recoger sus cuadernos, pero se hizo hacia atrás sin precaución pisando sus anteojos que crujieron dolorosamente bajo sus zapatillas

Ella dejó escapar un pequeño grito y se levantó

-Disculpa, puedo pagártelos- Traté de enmendar sintiéndome una horrible persona

La chica aún se escondía bajo su capucha, negó con la mirada baja y se dio la vuelta con intenciones de irse sin sus cuadernos

-Espera- La tomé del hombro -Olvidas tus...-

Cuando se dio la vuelta pude ver su rostro, era una mujer hermosa de rasgos finos, nariz pequeña, labios delineados, pero lo que me había dejado mudo era su mirada

Sus ojos verdes penetrantes, casi tenía una sensación de miedo al verlos, eran sumamente hermosos, pero escalofriantes, tenían una apariencia de reptil como si fuera una serpiente

El momento duró muy poco pues la chica bajó la mirada y cubrió sus ojos tan rápido como pudo comenzando a murmurar un montón de palabras inteligibles

Me preocupé, ahora la gente de la cafetería tenía los ojos puestos en nosotros y me miraban con desaprobación

-Oye- Le toqué el hombro al ver que no reaccionaba -¿Estás bien?-

MONSTER - Twice X LectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora