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Con el corazón a mil por hora, el rubio ya hacía despertando en aquella habitación completamente desconocida, no recordaba haber estado ahí nunca, no tenía ni la más mínima idea.

Rápido su cabeza comenzó a dolor, como si fuera un cohete, rápido el dolor impacto en su cabeza y un mareo y un leve pitido en sus oídos lo aturdió.
Rápido intento tomar su cabeza con ambas manos pero fue imposible, ya que sintió como sus manos estaban bloqueadas por algo, noto como ambas estaban atadas a la parte del posabrazos de la silla de acero.
Comenzó a girar la cabeza por todos lados, intentando explorar y ojear toda la habitación, necesitaba encontrar algo que lo ayudara a escapar de ahí.
Había muchísimos lienzos, estaban colocados tanto en caballetes cómo arrojados en cualquier lado, el suelo y las paredes estaba llenas de manchas de pintura, no había ninguna ventana cerca,  observo que en los rincones de la habitación, había unas grandes estructuras tapadas con alguna manta o cortina, seguía ojeando todo el lugar hasta que noto como a lo lejos había un pequeño carrito con mucho material se dibujo, entre ellos, noto un sacapuntas, podría liberarse con ello, pero también era un poco imposible, ya que ambas piernas estaban atadas a las patas de la silla.
Intentaba acercar su boca al nudo que había en sus manos pero era imposible, no podía llegar, así que sin más intentaba dar pequeños brinquitos en la misma silla para poder llegas hasta aquel dichoso sacapuntas.

Escucho como unas pisadas se acercaban al lugar, como si se tratara de alguien subiendo las escaleras.
Rápido su corazón comenzó a latir, sus manos comenzaban a temblar y pequeñas gotas de sudor comenzaban a bajar por su cabeza.
Park con muchísimo miedo sólo escucho como aquellas pisadas se habían detenido justamente afuera de aquella puerta de acero oscuro.

Observo como giraba la perilla de aquella puerta y como la sobra de algo alto relucir por la pequeña abertura que se hacía.

Ansioso contempló como un chico alto de cabello oscuro se hacia presente en la habitación.

— ¡Vaya! ¡Jimin! Mi viejo amigo — se adentro a aquellas cuatro paredes — hasta que despiertas

— ¿Samuel? — Park ladeó su cabeza e hizo una mueca — ¿Por Qué me haces esto? — cuestionó con miedo en su rostro.

— Yo también me alegro que te encuentres bien — sonrió sarcástico

— sabemos que no me invitaste a Jugar, ve al grano — Park hablo un tanto temeroso.

— sólo quería pasar tiempo contigo — Hablo tiernamente juguetón mientras la yema de su dedo corazón bajaba en pequeñas caricias por el tronco de su nariz 

— Me secuestraste, no hay que ser muy genio para saber que quieres algo más — Jimin estaba alerta en cualquier cosa que el chico fuera hacer, ya que se veía muy tonto para ser real.

— Está bien — camino y daba pequeñas vueltas al rededor del eje de la Silla de Jimin — digamos que tú tienes algo — tomo el mentón de Park y se posicionó a su altura — ¡Que yo deseo!

Un choque de electricidad subió por la espalda baja de Jimin hasta llegar a su cabeza, por alguna extraña razón, comenzaba a sentirse familiarizado, como si tuviera un deja vu, pero ¿En dónde? Sentía que esto ya lo había vivido, o talvez lo había soñado.

Park se quedó quieto, no entendía a qué se refería Samuel, ¿Que quería? ¿Dinero? ¿Sexo? ¿Amor? Era algo que obviamente no podría dárselo no estando así de vulnerable.
El castaño observo la cara de confusión de Park.
Amargamente expulsó una risa y sin ningún tipo de cuidado jalo una de aquellas mantas, haciendo que una nube de polvo saliera, dejando al descubierto un espejo, en el cual Park pudo observar perfectamente como el mayor se encontraba justo detrás e él, mirando como tenía una gran inyección entre sus manos

Run Boy Run  ||  2da Temporada +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora