«Somos lo que hacemos con la condiciones que tenemos, Max»
Después de un hecho traumático que afecta a toda la fórmula 1, Max Verstappen es obligado a asistir a terapia por contrato.
Violeta, su terapeuta, insiste en hurgar en su pasado, sin saber...
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| la tetera es de porcelana pero no se ve
Max entró a la sesión con un gran paquete entre las manos. Y una enorme sonrisa en la cara, también.
No sabía muy bien qué lo ponía de buen humor, si el hecho de que estaba frente a un nuevo fin de semana de carrera o simplemente porque la vida lo hacía feliz.
-Wow, qué sonrisa tenemos hoy- le dijo Violeta mientras se acomodaba en su respectivo sillón- ¿pasó algo importante?
Pero Max no contestó, ni tampoco se sentó. Estaba distraído acercándose a la pequeña mesa donde estaban las tazas de té.
-¿Qué estás buscando? ¿Querés que te haga un té?- inquirió ella, buscando con la mirada.
-¡No hace falta! Estoy seguro que te estás preguntando que es este paquete- empezó a romper el papel- Mirá lo que traje.
Max sonrió al ver la cara de sorpresa de su psicóloga.
-¿Una caja de té?- rió ella.
-¡Mi propia caja de té! Estuve probando ¿sabes? Y me di cuenta que no es que el tilo es horrible o algo por el estilo, sino que tus saquitos son detestables, sin ofender, así que te conseguí una mejor- se sirvió el agua hirviendo de la tetera, mientras agarraba un saquito de su nueva adquisición.
Max volvió al sillón con su taza y su té de tilo recién hecho, para sentarse frente a Violeta con una sonrisa aún más grande.
-¿Yy? ¿Te gusta?- preguntó algo infantil.
-Te agradezco el regalo, Max, pero no creo poder aceptarlo- el ceño se le frunció de inmediato.
-¿¿¿Por qué??? ¿¿No te gusta??
-Simplemente no es éticamente correcto aceptarlo.
-...Pero puedo conseguirla en otro color!!
Antes de que pueda seguir hablando, Violeta lo cortó en seco.
-Escuchame, Max, mejor dejemos esta cuestión acá, porque te quería hablar de un tema importante ¿sí?
El holandes cambió la cara, sintiendo crecer la desconfianza.
Violeta prosiguió.
-Estuve pensando un poco lo que pasó la sesión anterior, lo que sentiste, cómo te fuiste...me gustaría volver a preguntarte si habías experimentado lo mismo en alguna otra situación previa.
Sí, dijo de inmediato su mente.
No, negó imperceptiblemente su cabeza.
Violeta asintió, como para sí misma, pensativa.
-...Desde mi experiencia profesional, creo que sí te ha sucedido con anterioridad, sin identificar la situación, el diagnóstico puntual, pero sí experimentando los síntomas, sintiendo toda esa avalancha de malestar que tuviste acá.
Max comenzaba a impacientarse. El toc constante de la pierna derecha lo delataba.
-...Es por eso que creo estamos en un momento óptimo para hacer una interconsulta con un psiquiatra.
Qué.
-...Esto es solo una sugerencia, pero realmente creo que dado tu historial y tu nivel de exposición sería una buena opción a tener en cuent...
-¿Vos me estás cargando?- exclamó con voz estridente.
Violeta cortó su discurso y lo examinó con la mirada.
-No, en serio licenciada ¿me estás cargando? ¿es algún tipo de broma?
-...Max
-Nono, bajo ningun concepto no, ¿que me estás diciendo? ¿me estás tratando de loco?
-...Max, una interconsulta psiquiátrica de ninguna manera significa estar loc
-¡Te doy una caja de té de primer nivel y ¿vos tenes el tupe de decirme que estoy loco?!
El piloto sentía el calor, la bronca, subir por su cuerpo, el aire soltarse bruscamente por su nariz. Los nudillos blancos, la confusión deliberada.
Violeta, sin embargo, pareció no inmutarse por su situación.
-Creí que la caja era un regalo- dijo de manera muy correcta, como abstraída del momento que él estaba pasando.
-Bue-bueno...¡sí lo es! pero deberías estar más agradecida, ¿no te parece? ¡Tener un poco más de tacto!
-¿Por qué exactamente tendría que estar agradecida, Max?
-¡¡¡Por la caja de té, mujer!!!
-Yo no te la pedí. Agradezco el gesto pero era algo que yo no había solicitado.
-¡¡Igual!! A mi me costó esfuerzo, me ten...
-¿Por qué esperas algo a cambio?
-¡¡No entiendo porqué simplemente no agradeces el regalo en vez de querer mandarme al loquero!!
-Porque desde el momento que cruzaste la puerta, la caja dejó de ser un regalo. O quizás nunca lo fue. Me la traes en condición de transacción, me entregas algo que yo no solicité y después esperas obtener algo a cambio.
La pausa lo descolocó.
-Trajiste la caja para, justamente esto, poder echarmela en cara. Hacerme sentir culpable.
El pecho le vibraba de manera estridente.
-¿Es eso lo que esperas siempre, Max? ¿Algo a cambio?
No, pensó de manera automática.
-¿O eso es lo que sentís? ¿Qué los demás siempre están esperando algo a cambio de vos?
Dios, no de nuevo, pensó, cuando el silencio se prolongó y las reflexiones empezaron a aparecer en su cabeza.
Por favor, prefiero no pensar nada, licenciada.
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holi, nuevo cap volvió max!!
ojalá pueda actualizar más seguido, y ustedes se sigan copando con la historia
