Capítulo 1

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"𝕾𝖎𝖊𝖙𝖊 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔𝖘 𝖆 𝖒𝖎 𝖆𝖑𝖗𝖊𝖉𝖊𝖉𝖔𝖗
𝕾𝖎𝖊𝖙𝖊 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔𝖘 𝖊𝖓 𝖒𝖎 𝖈𝖆𝖘𝖆
𝕸𝖎𝖗𝖆, 𝖊𝖘𝖙𝖆𝖇𝖆𝖓 𝖆𝖑𝖑í 𝖈𝖚𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖒𝖊 𝖉𝖊𝖘𝖕𝖊𝖗𝖙é 𝖊𝖘𝖙𝖆 𝖒𝖆ñ𝖆𝖓𝖆
𝖄 𝖊𝖘𝖙𝖆𝖗é 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖔 𝖆𝖓𝖙𝖊𝖘 𝖉𝖊 𝖖𝖚𝖊 𝖆𝖈𝖆𝖇𝖊 𝖊𝖑 𝖉í𝖆"

Florence and The Machine - Seven Devils.

Las campanas sonaron, en forma de rendición

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Las campanas sonaron, en forma de rendición.

El fuego se expandió tan rápido con el amanecer, las cenizas caían cómo copos de nieve en el invierno de Winterfell. Ríos de sangre fresca recorrían los caminos, no importaba en donde pisarán sus pies, siempre se teñian de rojo, y tampoco ayudaba que dos soldados la estuvieran jalando con fuerza tanto de los brazos como del cabello. Había estado escondida junto a otras sirvientas durante la batalla cómo una cobarde, y quizá lo era muy en el fondo, pero la fortaleza al parecer no era tan protectora.

- ¡Muevanse, zorras! - Grito órdenes algún soldado.

Algunas de las sirvientas recibieron golpes por no obedecer, incluso las que recibieron los castigos iban sangrando. Alys miró a su mejor amiga, Catherine, un soldado había tomado sus cabellos rojizos y la arrastraba por el suelo.

- Oigan...- Alys protestó tratando de ayudar a su amiga.

Su visión se volvió borrosa cuándo recibió un puñetazo en la mejilla por alguno de los soldados.

- ¡Sigue avanzando, escoria! - Grito quién la golpeó.

Tenía que tranquilizarse y obedecer, si no sería bocadillo de Dragón, pues los Targaryen no eran personas tendientes a indultar.

Sabía que la mayoría de los guardias y soldados fieles a los Strong y partidarios de Daemond Targaryen estaban muertos, pues el lugar era un caos, era lógico que iban a morir desde él momento en el que llegó el nuevo señor de Harrenhall junto a sus propios soldados, pues su deseo era la conquista y con ella viene la destrucción.

Harrenhall había caído y en este momento agradecia a los dioses nuevos y antiguos no ser una heredera cómo tal, sino una bastarda y una simple sirvienta, pronto pensó que no era tan importante allí y tenía por seguro que a su medio hermano, Larys Strong no le importaba sí moría o no, pero ella no quería perecer de una manera tan dolorosa como su padre y medio hermano hace más de 10 años, así tenía dos opciones en esta guerra, arrodillarse ante el nuevo conquistador jurando fidelidad o morir cómo traidora bajo el fuego o los dientes filosos del Dragón que había acabado con la fortaleza, sabía que doblaría las rodillas.

𝑺𝒆𝒗𝒆𝒏 𝑫𝒆𝒗𝒊𝒍𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora