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| Alicent Toussaint |

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| Alicent Toussaint |

Abrí los ojos al escuchar la puerta del cuarto de Lyra abrirse. Sam apareció con ropa deportiva y su cabello recogido en un chongo alto. Cuando se dio la vuelta vio que yo ya había despertado.

—Buenos días —me saludó con una enorme sonrisa.

—Por Merlín, S —hablé mientras me frotaba los ojos —. ¿Quién está tan feliz a las 8 de la mañana?

Cecilia, quien dormía a mi lado gruñó al escucharnos.

—Quienes salimos a correr —me contestó.

—¿Salimos? —alcé las cejas con una sonrisa.

—Hmm —Ceci se alzó sobre sus codos con los ojos aún cerrados —, ¿de qué hablan?

—Sammy salió a correr con Theodore.

La chica a mi lado por fin abrió los ojos soltando un bostezo.

—No solo estaba Theodore —dijo Samantha quitándose la sudadera camino al baño —, también estaban Draco y Blaise.

—Son tan idiotas que no se dan cuenta que ustedes ocupan su tiempo a solas —bufó Cecilia.

—Yo no quiero estar a solas con Nott. Ya les he dicho que no me gusta —concluyó Sam cerrando la puerta del baño, a continuación escuchamos la llave del agua abrirse.

Ceci y yo nos miramos con una sonrisa. Samantha tuvo un flechazo muy fuerte por Theo en los primeros años, y justo cuando él se fijó en ella le dejó de gustar.

—¿¡Son las 8!?

Me reí ante el exclamo de Ceci que hizo despertar a Lyra de un brinco.

—¡Desperté!

—Vuelve a dormir, son las 8 —Ceci se volvió a acostar cubriéndose con las cobijas hasta el cuello —. Estas locas madrugadoras que no pueden despertar más tarde.

—Nunca en mi vida había despertado antes de las 10 durante vacaciones, que interesante —sonrió Lyra antes de echarse de nuevo al colchón.

Pensé en unirme a ellas y dormir un poco más, pero reconocía cuando ya no me iba a ser posible volver a dormir y este era uno de esos momentos. Así que decidí rodarme suavemente para no molestar a Cecilia y salir de la cama.

Era verdad que el cuarto de Lyra ya era aun más grande que antes. Años atrás no sobraba mucho espacio al meter una segunda cama en su cuarto. Ahora cabían las dos grandes camas y podíamos pasar cómodamente.

No teníamos algún orden para dormir, simplemente nos dormíamos donde nos acostáramos primero, pero sinceramente prefería dormir con Samantha ya que ella siempre se levantaba muy temprano y me dejaba un tiempo la cama a mi sola.

Abrí la puerta del cuarto que Lyra usaba como armario, siempre compartíamos la ropa que se podía así que no nos preocupaba mucho el orden. Me asomé tras la cortina para ver qué tal se veía el día y elegir mi ropa, la ventana daba a una parte de la piscina y al jardín que se alargaba y daba camino al pequeño campo de quidditch que tenían.

Four Little SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora