¿Ah?Ah-¡Ah!Ah~ [Usarg]

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El día era normal, estaba con la medida justa de sol y nubes. No te quemabas, pero tampoco te daba frío.

— Por favor, un coca cola — Jadeó USA, levantando un dedo en dirección a su hermano, Canadá, quien lo veía con reproche, posando sus manos en su cadera.

— USA, estamos haciendo ejercicio, no puedes tomar gaseosas — lo regaño, mientras que su hermano se retorcía con más quejas. Era increíble, estaba jadeando, empapado de sudor y solo habían dado una vuelta a la plaza — debes bajar de peso o mamá se enfadará y te pondrá a dieta.

La idea era más terrible que hacer ejercicio ¿Decir adiós a su preciada hamburguesa de jamón, cheddar, tosino, lechuga y tomate? ¡No! ¡Jamás de los jamases! Era su comida favorita, no podía abandonarla.

Minutos después, USA seguía sentado mientras bebía agua mineral, junto a su hermano. Si era solo agua y ejercicio, sí podía hacer eso, muy a su pesar, podía.

De repente el mundo se realentizo, casi que olvidaba como se respiraba y ni hablar de parpadear.

Un hermoso y blanquecino cabello, largo y lasio, recogido en una coleta alta, que permitía ver un perfecto rostro que sudaba con el ceño fruncido ¿Era su trote firme o era su atractivo fuera de lo comun?
Su musculosa ceñida y sus pantalones cortos, permitían ver esos tonificados músculos que se flexionaban a cada paso que daba.

Era como un Adonis para él.

Le dió un largo trago a su botella y se permitió mirar más a detalle, analizando a fondo al Adonis que trotaba frente a él.

En su muñeca se encontraba atada una correa y por fin notó la bola de pelo que corría a su lado con emoción.

Quien sabe cuánto tiempo lo miró. El agotado Adonis que corrió ya cinco vueltas, se sentó en el pasto y soltó a su cachorro para que tomara agua, al igual que él. Ni bien terminó, el cachorro corrió de regreso a su dueño y se lanzo arriba de sus piernas, meneando su retorcida cola por atención.

El Adonis sonría encantando, repartiendo besos en la cabeza de su cachorrito y acariciando todo su lomo lleno de rulos. El can se refregaba contra él y ni bien se separaba, comenzaba a morder el aire exigiendo más mimos. Como un esclavo, el Adonis respondía, con una brillante sonrisa llena de amor y ternura.

— Hermano — llamó USA a su distraído hermano que, a diferencia de él, sí habia corrido las vueltas que debía — Hoy conocí la envidia — miró fijamente a el par de dueño y mascota, volviendo a beber de su agua ¿Que se sentiría tener todos esos besos y caricias mientras le daba esa hermosa sonrisa?

Canadá miró en la misma dirección que USA y se encontró al chico que atendía en su pizzería favorita, jugando junto a su caniche en el césped.

¿USA quería un perrito?... ¿Pero no dijo que le desagradaban los perros?