Siwa, Egipto
Fobos analizaba los mapas, precisamente los puntos de ataque próximos de los enemigos a vencer una y otra vez desde que regresó de visitar a Afrodita en el Olimpo. Sintió que ese breve viaje non había servido de nada porque no recibió ninguna respuesta que le complaciera respecto a la misteriosa mujer con la que se encontró en el bosque, la dueña de esas cartas con sartas burlas hacia él. Esa situación lo ponían de mal humor y prefirió pasarlo por alto para concentrarse en algo importante como eran los ataques a los enemigos. Se supone que eso es más importante. De vez en vez, Fobos alzaba la mirada hacia la salida de su tienda de campamento donde podía ver a Deimos recostado sobre la arena con total despreocupación. Él siempre fue así y no parecía que eso fuera a cambiar. Deimos nunca se preocupaba por pensar en estrategias ni planes para vencer a los enemigos, su punto de acción comenzaba en el campo de batalla cuando tocaba aterrorizar a los guerreros enemigos. De lo demás, nada. Fobos reconocía que, en ese aspecto, su hermano se parecía mucho a Ares. Su padre era impulsivo y raramente pensaba en estrategias favorables para ellos, así que nunca esperó que Ares otorgara un llamado de atención a Deimos por su indiferencia estratégica.
—Te ves tenso, no suelo verte así —dijo Ares de pronto mientras se servía vino. Cabía decir que esa tensión en Fobos era inusual y le sorprendía verlo así.
Fobos sabía controlar perfectamente sus emociones lo que hacía casi imposible que otros supieran realmente las emociones que estaba sintiendo y que sabía ocultar. Pero esta vez no era así.
—¿Cuándo podrás advertirle a Deimos que se interese más por ganar esta guerra? Siempre hace lo mismo —comentó Fobos con exasperación limitada.
Ares volteó a ver a Deimos y luego a Fobos, eran actitudes totalmente opuestas las que tenían ambos en ese momento.
¿Cómo culparlos? ¿Cómo regañarlos?
Ambos eran iguales y al mismo tiempo diferentes. Fobos y Deimos eran muy unidos y no solamente por ser gemelos sino por sus personificaciones similares y por estar a lado de Ares en las guerras desde que eran mucho más jóvenes, pero eso no impedía que pensaran diferente en algunos temas. De hecho, Ares siempre se preguntó por qué razón Fobos era más estratega y menos impulsivo en cualquier situación, incluso en las personales mientras que Deimos era lo contrario. Fobos disfrutaba de planear, analizar situaciones y enemigos, fácilmente notaba las debilidades de otros con apenas conocerlos y utilizaba esos puntos a su favor en su arte de manipulación y el ataque. Odiaba reconocerlo, pero Fobos solía actuar como Atenea, sin embargo, de no ser por Fobos y sus aptitudes, habrían perdido muchas guerras, sino es que todas. Ares estaba orgulloso de su hijo y lo admiraba porque logró ganarse el respeto de muchos humanos militantes y guerreros, así como muchos otros le temían.
—Tú, más que yo mismo, sabe cómo es Deimos y también sabes cómo soy yo. No podría decirle a Deimos que se apegue a las actividades militantes si a mí mismo no me gustan —respondió Ares, sirviendo vino en otra copa y acercándosela a Fobos, quien enseguida la rechazó con un tenue movimiento de su mano.
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Memorias en la Oscuridad ||Melínoe|| Serie Romances Inmortales #5
RomanceParecía tenerlo todo; felicidad, amor y prestigio por ser la hija menor de Hades y Perséfone. Pero todo era una simple fachada del cruel destino que la obligó a vivir la mayor parte de su vida entre las sombras, siendo dominada por una terrible mald...